Salario mínimo México en 2026: aumento del 12%, ¿un riesgo para la economía?

En medio de este panorama, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció una propuesta audaz: un incremento del 12% al salario mínimo para el 2026, alcanzando aproximadamente 9,494 pesos mensuales. Esta decisión, anunciada durante la 88 Convención Bancaria en Nayarit, se basa en la premisa de mantener la inflación controlada, idealmente por debajo del 4% anual.
Según la mandataria, “la evolución del salario mínimo diario ha crecido en 125% su poder adquisitivo desde 2018. Nuestro planteamiento es que al 2030, el salario mínimo alcance para 2.5 canastas básicas.” Actualmente, el salario mínimo cubre 1.8 canastas básicas. Este incremento significaría un aumento de alrededor de 33.50 pesos diarios, superando por primera vez los 300 pesos.
Sin embargo, la promesa de un salario mínimo de casi 9,500 pesos mensuales se enfrenta a retos importantes. El crecimiento del PIB proyectado para este año es apenas del 0.2%, según la última encuesta del Banco de México. A esto se suman las tensiones comerciales con Estados Unidos, lo que genera un escenario de incertidumbre.
El impacto de este aumento en la economía genera interrogantes. El nuevo salario mínimo se aproximaría al ingreso promedio de la población ocupada en el mercado formal (10,350 pesos mensuales en 2024), lo que podría generar presiones en la estructura salarial y desincentivar la movilidad laboral. Además, el aumento podría afectar la competitividad de las micro y pequeñas empresas, que representan más del 95% de las unidades económicas del país.
Analistas económicos destacan la necesidad de estrategias complementarias para impulsar la productividad y evitar que el aumento salarial se traslade a los precios, neutralizando el objetivo de mejorar el poder adquisitivo. La pregunta clave reside en la sostenibilidad de este incremento en un contexto económico complejo y si el aumento se traducirá en un real beneficio para los trabajadores mexicanos sin afectar la estabilidad económica del país.
El dato clave: el incremento propuesto dejaría al salario mínimo a solo 850 pesos del ingreso promedio en el mercado formal. Es un paso significativo, pero la viabilidad a largo plazo dependerá de factores económicos más allá del simple aumento nominal.