Huracán 'Erick' deja dos muertos tras tocar tierra en Oaxaca

El huracán "Erick", que tocó tierra el jueves por la madrugada como un huracán categoría 3, dejó a su paso una trágica cuenta: al menos dos víctimas mortales. En Oaxaca, un hombre perdió la vida electrocutado mientras participaba en las labores de limpieza, manipulando accidentalmente cables de alta tensión en un arroyo del municipio de San Pedro Pochutla. “Ayudaba en la remoción de escombros cuando ocurrió la tragedia,” informó un testigo a las autoridades.
La tragedia se extendió también a Guerrero. En San Marcos, un menor de edad falleció al ser arrastrado por una corriente de agua mientras su madre intentaba cruzar un arroyo con él en brazos. El suceso subraya la vulnerabilidad de las comunidades ante las fuerzas de la naturaleza.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos reportó que el fenómeno se debilitó a un sistema de baja presión por la noche, ubicándose a 155 kilómetros de Acapulco. A pesar de su debilitamiento, las consecuencias son devastadoras. Las pérdidas económicas en Acapulco, según la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco), ascienden a la impresionante cifra de 1,878 millones de pesos, resultado principalmente del cierre de más de 18,000 empresas durante la emergencia.
Las imágenes de las zonas afectadas son desoladoras. Comunidades costeras como Lagunas de Chacahua sufrieron daños significativos, con techos de palma destruidos, calles inundadas y una profunda sensación de pérdida. "Todo el pueblo está sin casa, sin ropa, no tenemos ayuda," lamentó Francisca Ávila, una ama de casa afectada.
Las autoridades mexicanas mantienen la alerta ante el riesgo de deslaves e inundaciones. Se esperan aún intensas lluvias en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Puebla. Más de 123,000 hogares se quedaron sin luz y se han cerrado varios tramos de carreteras, además de la suspensión de clases y actividades no esenciales en las zonas más afectadas.
El despliegue de recursos gubernamentales, incluyendo el plan DN-III y la participación de cientos de militares en labores de rescate y asistencia, es una respuesta a la magnitud del desastre. El recuerdo del huracán Otis en 2023, que dejó un saldo trágico en Acapulco, permanece latente, recordando la vulnerabilidad de la región ante estos eventos climáticos.