Sheinbaum critica 'era de sombras' en la Corte tras informe de Norma Piña

Desde temprano, el ambiente en la conferencia matutina del gobierno federal tenía un tono distinto. La mandataria no esperó a que le preguntaran. "Terminó un ciclo marcado por decisiones que beneficiaron a unos cuantos", afirmó con los brazos cruzados sobre el atril presidencial. Detrás de ella, el escudo nacional parecía testigo de un cambio histórico.

Los detalles del informe de Piña Hernández revelaban datos contundentes:

• Más de 2,400 resoluciones emitidas durante su gestión
• 57 controversias constitucionales atendidas
• Un promedio de eficiencia del 92% en resolución de casos

Pero las cifras oficiales poco importaban en el discurso de Sheinbaum. "No se trata de números, sino de cómo esas sentencias afectaron a millones", remarcó. Su mirada se clavó en las cámaras cuando mencionó "los casos de nepotismo que mancharon la credibilidad del Poder Judicial", aunque omitió dar nombres concretos.

En el otro extremo de la ciudad, Piña Hernández leía su discurso con voz pausada pero firme. Los pliegues de su toga negra se movían levemente al mencionar "los ataques sistemáticos contra la autonomía judicial". Sus palabras parecían dirigirse más allá del recinto, hacia Palacio Nacional: "Nunca cedimos a presiones políticas, aunque llovieran críticas".

El contraste entre ambos mensajes pintaba el panorama de lo que viene. Mientras la Corte se prepara para su reconfiguración el 1 de septiembre, los pasillos del Senado ya murmuran sobre los posibles nombres que integrarán el nuevo tribunal. Fuentes cercanas a la Comisión de Justicia revelan que:

• Se evaluarán perfiles con al menos 15 años de experiencia
• Se priorizará a candidatos sin vínculos con bufetes corporativos
• El proceso de selección incluirá foros públicos

El reloj en la sede de la SCJN marcaba las 13:20 horas cuando Piña Hernández dio por concluido su informe. Sus últimas palabras resonaron en el salón de plenos: "La justicia no es propiedad de nadie, es un derecho de todos". Afuera, los guardias ya comenzaban a desmontar los letreros con su nombre.

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