En conferencia de prensa, Julio Berdegué Sacristán, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, reveló los nombres de los primeros 35 químicos que desaparecerán del mercado nacional. Entre ellos destacan sustancias que llevaban décadas en la mira de ambientalistas y salud pública:
- "El Aldicarb tiene una toxicidad comparable al gas sarín en dosis concentradas", advirtió el funcionario al presentar el listado.
- El Carbofurano, responsable del 60% de intoxicaciones agrícolas según registros hospitalarios.
- El DDT, cuyo uso persistía pese a su prohibición global desde los 70s.
La estrategia no se limita a simples prohibiciones. Según documentos internos a los que tuvo acceso este medio, el plan contempla:
- Laboratorios móviles para detectar residuos en cultivos
- Un sistema de trazabilidad desde semilla hasta supermercado
- Programas de reconversión para 450 mil hectáreas actualmente dependientes de estos agroquímicos
Lo más sorprendente vino después:
esta es solo la primera de tres fases. Para 2026, desaparecerán otros 22 compuestos catalogados como "altamente peligrosos" por la OMS. Un año después, seguirán otros 18 más, completando así la transición hacia lo que la administración llama
"el modelo agroecológico del siglo XXI".
Los productores de aguacate, café y cítricos –los cultivos más afectados– ya preparan alternativas. En Michoacán, algunos empezaron pruebas con bioinsumos desarrollados por la UNAM, mientras que en Veracruz cooperativas cafetaleras retomaron técnicas ancestrales de control de plagas. El reto ahora será escalar estas soluciones antes de que venzan los periodos de gracia establecidos.
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