México y Estados Unidos pactan cooperación en seguridad con reglas claras

Durante la reunión con el secretario de Estado Marco Rubio, la presidenta Claudia Sheinbaum dejó en claro que el acuerdo se construye sobre cuatro pilares fundamentales:
El acuerdo incluye un componente formativo poco difundido hasta ahora: personal mexicano recibirá capacitación en técnicas de inteligencia estadounidenses, mientras que fuerzas de EU aprenderán sobre los protocolos de emergencia de Sedena y Marina, incluyendo el famoso Plan DN-III para desastres naturales.
En cuanto al espinoso tema de la presencia extranjera en territorio nacional, Sheinbaum fue categórica: "La Constitución marca los límites. Las extradiciones y el despliegue de agencias se deciden exclusivamente en el Consejo Nacional de Seguridad". Un mensaje directo a quienes esperaban mayores concesiones tras la visita del funcionario norteamericano.
Para medir el éxito de esta colaboración, se creó un grupo de evaluación interinstitucional que monitoreará indicadores clave:
Entre los detalles más reveladores estuvo la mención al caso de Ismael "Mayo" Zambada. Según Sheinbaum, las autoridades estadounidenses compartieron información sobre el repunte de violencia en Sinaloa, aunque el tema no profundizó más allá de ese intercambio inicial.
Este nuevo capítulo en la relación México-Estados Unidos parece marcar un tono diferente: colaboración sí, pero con redacciones precisas que protejan la soberanía nacional. El verdadero examen comenzará cuando los primeros operativos conjuntos muestren resultados tangibles en calles y comunidades afectadas por la violencia.