Nogales
Más de 25 familias que viven en pobreza extrema en casas hechas con desechos sobreviven de la basura de los demás en el centro de transferencia de esta ciudad, los conocidos “tirabichis” piden atención de las autoridades, especialmente en estas temporadas invernales.
En este basurón somos como un pequeño pueblo, pero por desgracia olvidado por las autoridades, vivimos alrededor de 25 familias, que sobrevivimos de lo que pepenamos, nos dicen “tirabichis”, pero a mí me gusta más que me digan reciclador, dijo Dante Ramírez, de 42 años de edad.
´El Dan´, como es conocido entre sus compañeros de trabajo y vecinos recolectores, señaló que vive en una casa que él mismo hizo con desechos como cartón, plásticos y láminas que juntó de entre los desechos que a diario tiran en el lugar, junto con su esposa y un hijo.
Mencionó que subsisten al reciclar plástico, vidrio, cartón, cobre y todo lo que se pueda vender en las recicladoras, explicó que en un buen día entre su esposa su hijo y él pueden sacar hasta 100 pesos, pero no todos los días son buenos.
“El frío es duro, pero más duro es el hambre que todos tenemos, señaló que no siempre el hambre es por la falta de pan, si no por la falta de una oportunidad para salir adelante, para que nuestros hijos puedan sobresalir, que estudien, que tengan una mejor vida, pero para la gente como nosotros no hay muchas oportunidades”.
“Para sobrevivir del frío nos la ingeniamos, en ocasiones juntamos nuestras casitas en círculo para darnos calor, así protegemos principalmente a los pequeños y las mujeres, sin embargo a pesar de los esfuerzos por pasar las inclemencias del frío nuestros niños siempre andan con catarro, se resfrían y en ocasiones sufren de pulmonías”.
´Por años hemos pedido ayuda, buscamos oportunidades, incluso algunas autoridades no has prometido apoyarnos pero solo en tiempos de campañas políticas y después se olvidan de nosotros, porque también votamos, ojalá y nuestro alcalde Ramón nos visite y vea que tenemos ganas de progresar´.
El entrevistado dijo que es muy triste ver cómo crece los niños a lado de sus padres trabajando todos los días, pepenando de todo y sin poder ir a la escuela, “rápido crecen y ya grandes con el hambre de progresar, se nos descarrilan y algunos agarran malos pasos, luego nos los matan, los meten a la cárcel o los desaparecen”.
‘Somos conscientes de que sin estudios no hay progreso, por ello le pedimos a nuestras autoridades que nos ayuden a darles un mejor futuro a nuestros hijos, necesitamos mejores empleos, porque no somos delincuentes y nos gusta trabajar.
‘Actualmente tenemos alrededor de 30 niños menores en edad de estudio, con todas las carencias del mundo, pero con muchas ganas de salir adelante, esperemos que las autoridades actuales nos brinden el apoyo necesario’, dijo finalmente el entrevistado.