¿Por qué otorgan el perdón? Mujeres a parejas agresoras

Nogales

La socióloga Patricia Barrón analiza esta situación desde el aspecto cultural, económico y legal.

Los casos de violencia intrafamiliar, las agresiones a las mujeres y sus hijos, han ido en incremento en el último año, teniendo una incidencia alta en estos casos, pero lo más grave, es el otorgamiento del perdón al atacante.
En mucho de los casos es la propia pareja de la víctima, el padrastro de los hijos, quien comete las agresiones y aun cuando es denunciado, detenido y casi encarcelado, la ofendida hace que se le otorgue la libertad.
Estas situaciones se viven a diario en las oficinas del ministerio público, en la de atención a víctimas del delito, en la procuraduría de la defensa del menor y otras instancias de protección.
Aunque hay casos que terminan en la sanción punitiva, es decir, con el encarcelamiento del agresor y la separación de la pareja, son pocos los que llegan a estos extremos.
La situación, desde el punto de vista sociológico, representa multifactores que van desde la educación tanto del hombre como de la mujer, la codependencia de ambos y el entornos social en el que se desenvuelven.
La socióloga Patricia Barrón Salido, analiza desde su punto de vista como especialista, este fenómeno forma un ciclo de la violencia que va desde la “luna de miel” hasta el trabajo del agresor para conseguir el perdón.
Históricamente se tienen antecedentes de este doble mensaje, explica, desde la educación del hombre en la imposición y la mujer, para perdonar todo lo que esté a su alrededor.
“También existe parte de la vulnerabilidad en las mujeres”, añade, “sobretodo de quienes sufren violencia intrafamiliar en términos de las alternativas que tienen para el sostenimiento de sus hijos y desde el punto de vista sicológico, el emparejamiento en términos del agresor y la víctima como pareja”.

Discursos diferentes
Desde el punto de vista desde la perspectiva de género, el romper con estos ciclos tiene que ver mucho con el aspecto cultural, tanto en la formación y educación de las mujeres como en los hombres.
Hay una costumbre de tener discursos diferentes, señala, porque se habla o se dice que cuando la mujer quiere decir “no”, significa “sí”, cuando en la realidad cuando es “no”, es no” y se acostumbra a estos dobles mensajes.
De igual manera la educación en el hombre, cuando su formación es agresiva y acostumbrado a imponerse, pero se ha visto que termina en violencia hacia la pareja.
En cambio a la mujer se le instruye en el cuidado, en el perdón y con esto, se refuerzan los problemas sicológicos de codependencia y cuando se da el ataque, se vuelve hasta cierto punto permisible y de costumbre.
Sin embargo así como la agresión crece, la respuesta de las mujeres también aumenta, al grado tal de terminar en asesinato del atacante o en el suicidio en muchos de los casos, de la víctima.

Cambios en términos de género
Las legislaciones para proteger a las mujeres y principalmente a las víctimas deben de cambiar, propone, porque al llegar a las instancias legales, los términos “lesiones de más de quince días” o “que no ponen en peligro su vida”, deben de ser más específicas.
“Había que ver qué tanto se ‘protege’ a la familia o que tanto se ‘protege’ a la víctima de violencia”, establece, “porque en términos de ley, estos argumentos lesionan a la mujer”.
Si bien es cierto existen casos en donde hay delitos que se persiguen de “oficio”, añade, pero éstas necesitas de la denuncia y en las instancias oficiales se siguen viendo como una “relación privada” y no pública.
En el afán de proteger a la familia, desde los espacios o dependencias oficiales, refiere, se hace todo lo posible porque la pareja siga unida, se mantenga y ello, trae consecuencias.
En muchas ocasiones esta situación se convierte en un “estira y afloja” y al final de cuenta, destaca, se sigue el mismo círculo con el otorgamiento del perdón porque no hay o no habrá, un sostenimiento para los hijos.
“Se va a sesiones de pareja y en este proceso”, ejemplifica, “está la búsqueda del perdón de parte del agresor al llevar a la pareja a cenar, regalando flores y otros caminos”.
La situación legal debe de ser constantemente revisada, porque las relaciones y la complejidad de la violencia va en aumento, porque no solo es el feminicidio o la agresión intrafamiliar, sino también a los demás miembros de la familia.
Esta situación es más compleja y para romper esta situación, es importante el reconocimiento de la diferencia en términos de hombres y mujeres, así como los derechos humanos de cada uno.
La palabra equidad es diferente a la igualdad, apunta, porque las mujeres tienen necesidades distintas y en términos de derechos humanos, se debe de proteger esas diferencias como humanos.

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