Cecilia Solís ayuda a cambio de nada

Cecilia Solís es un ejemplo de fortaleza y humanismo, pues pese a tantas dificultades que ha pasado en la vida, su labor de ayudar al prójimo va en aumento

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Nogales.

Cecilia Solís es un ejemplo de fortaleza y humanismo, pues pese a tantas dificultades que ha pasado en la vida, su labor de ayudar al prójimo va en aumento.
En entrevista, Cecilia, de 54 años y originaria de Nogales, Sonora, nos cuenta que empezó su labor de ayuda desde muy pequeña, cuando fue voluntaria en el Centro de Integración Juvenil.
Tenía 14 años cuando se encargaba de dar comida a los internos y archivar toda la documentación del lugar.
El lugar fue fundado por el licenciado Oscar Monroy Rivera y estaba ubicado enfrente de las instalaciones de Telmex.
Luego de esta labor, empezó a trabajar en Sonitrones y al adquirir ingresos propios optó por ayudar al asilo de ancianos con comida, ropa y lo que pudiera conseguir para subsanar sus necesidades.
Cuando tenía 17 años, se casó. Tiene tres hijos y tres nietos que llenan su vida de felicidad.
Éste sería el comienzo de una gran historia, decenas de reconocimientos han sido su recompensa por tanto apoyo brindado a quienes más lo necesitan. Pero para ella, lo más importante, según nos dice, es la sonrisa de esas personas.
El espíritu de ayuda se afianzó aún más en el tiempo que trabajó como recepcionista del
doctor Fidel García, quien se caracterizó por el apoyar al prójimo.
Los hijos de Cecilia estudiaron en la Escuela Católica Lourdes, donde apoyaba como voluntaria en la cocina, de ahí nació su idea de poner su propio negocio.
Apoyó en Nogales, Arizona en el Centro de SIDA por cinco años, en el que daban atención a personas infectadas con este virus.
Uno de los proyectos más importantes de su vida fue la fundación del Club Rotario Nogales Sur hace 24 años junto a su esposo, en ese entonces. Explicó no aceptaban a mujeres pero unos años más adelante fue la primera dama activa.
No recuerda a cuántas personas ha ayudado, pero muchos la reconocen y la saludan y ese aprecio la ha llevado a tener 75 ahijados, con quienes mantiene contacto.
Diversas instituciones altruistas, como el Casa Hogar Cristo Rey, el asilo San Antonio de Magdalena, son algunas otras a las que Cecilia ha apoyado.

Sobrevive con un solo riñón
Para muchos donar un órgano cuando fallecen es muy difícil y en vida lo es aún más. Hace 18 años, Cecilia decidió darle vida a un sobrino que necesitaba de urgencia un transplante de riñón.
Su mejor amigo se lo iba a donar, pero cambió de opinión, y mi sobrino podía morir, de inmediato me informé, era compatible y se lo doné.
Supe de las posibles consecuencias que podría tener, mis hijos no querían que yo donara un órgano, pero la decisión había sido tomada, y hoy ese joven está lleno de vida y un pedacito de mi vive en él, y yo también estoy bien”, explicó
Para ella, refiere, es una gran satisfacción ver a una persona con un futuro por delante, que lleva a cabo sus sueños y a la cual no se arrepiente de haber ayudado.
Nadie de su familia cercana era compatible y no me arrepiento de mi decisión pues es la mejor que he tomado en toda mi vida”, expresó.

Un cáncer cambió su vida
Como cada año, Cecilia acudía puntualmente con su doctor a realizarse su mamografía y en el 2011 no fue la excepción, pero esta vez las noticias no fueron positivas, le fue diagnosticado cáncer, de los más agresivos.
Los estudios arrojaron 14 quistes, ocho de ellos malignos, tenían que quitarle los dos pechos para poder salvar su vida.
‘Ese día llegué a mi casa, mi hija y su esposo estaban ahí y solo les dije que tenía cáncer y lloré junto a ella. Estaban por partir a un viaje y de inmediato lo cancelaron y destinaron su dinero a mi tratamiento’, comentó.
Desde entonces, Cecilia viene luchando contra esta enfermedad, le quitaron sus dos pechos y durante su tratamiento ha visto pasar por hospitales a muchas mujeres que se han quedado en el camino tratando de salvar su vida.
Cecilia pasó por 30 radiaciones y 40 quimioterapia. Dice que en momentos sí se sentía cansada, pero sus ganas de vivir lo son aun más.
Hoy estoy bien, sigo en tratamiento y solo le pido a Dios que el cáncer no regrese. Fueron tantas las personas que me apoyaron, nunca estuve sola, siempre hubo alguien que me dio valor y que camino a mi lado”, expresó.
Mientras ella luchaba con su enfermedad, seguía trabajando y apoyando a las personas que se le acercaban para pedirle ayuda.
Su enfermedad no la frenó, y ahora también apoya a personas con cáncer.
Toda persona que tenga o tuvo cáncer y es de escasos recursos, yo las apoyo con una peluca”, dijo Cecilia sobre su nuevo proyecto.
Una persona de Estados Unidos que apoya en su tratamiento a mujeres con cáncer, le ayuda a conseguir estas pelucas y gorros, que destina a mujeres y niños, los cuales tiene ahora en existencia, por si alguien las necesita.
Este es un gran proyecto que quiero sacar adelante, quiero apoyar a quienes pasaron o pasan por lo mismo que yo”.

Altruismo continúa en el Club Los Dorados
Hace un año trató de formar un nuevo Club Rotario, pero no fue posible por diversas situaciones que se presentaron con los miembros, más sus ganas de ayudar no terminaron y actualmente participa con Los Dorados.
Cecilia les ayuda a conseguir comida, para despensas que se entregan entre personas de escasos recursos.
Organiza posadas a niños de escasos recursos………..…CABEZA DE DESCANSO
Su familia, sus hijos, las ganas de ayudar, mantienen a Cecilia trabajando arduamente; vive para ello. Y no se limita a apoyar en un solo lugar.
Cada año organiza una posada para niños de escasos recursos en Navidad o Día de Reyes. Empezó con 30 niños y el año pasado 125 recibieron un regalito de Navidad, pastel y dulces”.
Yo personalmente voy a los lugares a buscar a los niños de escasos recursos y les entrego su boleto para que tengan una bonita posada de Navidad”, comenta.
Para juntar fondos hace actividades en todo el año y busca apoyos para que los pequeños tengan una bonita fiesta.
Cecilia mostró sus reconocimientos, las pelucas y gorritos para adultos y niños que donará a quien lo necesite.
Actualmente y desde hace 25 años se dedica al delineado permanente de ceja, cuenta con su negocio a un costado de Telmex, cuenta con título que la avala como profesional en esa área y como experta en correcciones.
A Cecilia Solís no la detuvo un cáncer, ni un divorcio, ni situaciones difíciles en su vida. Ayuda sin pedir nada a cambio, una sonrisa es su mejor regalo y una bonita familia la motiva a seguir luchando, pues la vida, dice, es hermosa y aprecia su segunda oportunidad y es por ello que seguirá apoyando a quien lo necesite mientras tenga vida.

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