Es el antiguo molino Pierson un perfecto lugar de descanso ubicado en el poblado de Terrenate

Nogales.

El antiguo molino Pierson, ubicado en el poblado de Terrenate, alberga antiguas leyendas entre los vecinos del sector, sobre que es un lugar embrujado donde espantan y se “aparecen” fantasmas, se escuchan ruidos y que es un sitio para ni siquiera visitar.
Sin embargo, para Héctor Navarro Velasco, todas estas fábulas locales no pasan de ser simples cuentos, ya que el viejo edificio no representa nada más que una finca ideal para el descanso del fin de semana para la familia.
Visible desde varios metros tras cruzar el rio, entre árboles y un camino de terracería que llega hasta San Ignacio y El Tacicuri, el molino causa asombro para las personas que por primera vez pasan por el lugar, el cual muestra una estructura con más de un siglo de existencia.
Si bien algunos trabajadores o veladores contratados por la familia Navarro han “tirado la chamba” debido a que los espantan, para el propietario, y pese a la apariencia de la finca, en ese lugar los únicos ruidos extraños con los que hacen ardillas, zorrillos y hasta tejones que entran en busca de comida.
“Hace poco tuvimos a un trabajador que duró dos días nada más, dijo que cuando llegamos no se podía quedar ahí porque espantaban, dijo escuchar ruidos y vio por la noche a una persona sin cabeza fumando”, platica Navarro Velasco.
El profesor de la Universidad de Sonora, en el campus Nogales, relata que ni él,  su familia o amigos, han sostenido un encuentro sobrenatural, que sólo hay animales que se meten, como ardillas, zorrillos y hasta tejones; él conoce sus ruidos y no los asustan.
“La gente del pueblo no quiere venir acá, tienen miedo de la leyenda de que espantan y eso nadie se los va a quitar. Hay un trabajador que labora en el lugar desde los últimos tres años y tampoco ha escuchado nada”, comenta el maestro originario de Nogales.
“Yo hasta duermo afuera cuando me vengo los fines de semana y nunca he escuchado nada, a los únicos que les tengo temor es a los vivos, pero algo sobrenatural nunca”, agregó.
El profesor Navarro Velasco narró que la actual finca familiar sirvió como un molino harinero a principios del siglo pasado, cuenta con almacenes, área de molienda para la elaboración de trigo y todos los sembradíos de la región, mismos que se llevaban al lugar para su molido; inclusive el tren llegaba por el producto sobre las vías que actualmente utiliza.
Hace más de 50 años estaba abandonada, hasta que su padre adquirió la instalación para acondicionarla como casa de descanso y con más de un siglo de su construcción, requiere de continuo mantenimiento
“Se hizo habitable, es un lugar tranquilo para pasar el rato, se escucha claro el canto de los pájaros y no hay sonidos externos ni señal de celular, hay que ir al pueblo para poder hacer una llamada por teléfono”, comenta el propietario del molino.
Comenta que los fines de semana invitan a los amigos para escuchar música, ver películas y pasar un buen rato, aunque hay que seguir trabajando, hacer muchas cosas porque le falta trabajo a la vieja estructura del molino.
Navarro Velasco platica que incluso recientemente la Secretaria de Turismo consideró rentar la instalación para la filmación de una película, misma que quedó pendiente.
No han tenido problemas de inseguridad gracias a la altura del bardeado y a la presencia de perros guardianes en el interior, solamente una ocasión que elementos de Seguridad Publica intentaban brincar la barda para buscar a un supuesto delincuente tras un asesinato en la región.

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