Nogalenses viven la pasión de Cristo

Nogalenses viven la pasión de Cristo
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Nogales.

La espalda del nazareno se arqueó al sentir el primer latigazo. El rictus de dolor en su cara fue evidente y continuó por uno, dos, tres… diez más, hasta que el soldado romano ordenó utilizar otra arma.
¡No te duele! Gritó y se dirigió a sus soldados: pegan como niñas. ¡Cambien de arma! El público veía expectante cómo Jesús se retorcía amarrado de las manos a un árbol, mientras seguía el martirio.
Los niños, niñas, amas de casa, padres de familia seguían paso a paso los diálogos y las caracterizaciones de los integrantes de la Pastoral Juvenil, quienes revivieron los tribunales y el juicio a Jesús, el Viernes Santo.
De Herodes a Pilatos y ante los gritos de la muchedumbre exigiendo la crucifixión, la liberación de Barrabás, empezó el calvario y el recorrido con la cruz en la espalda.
La fresca mañana con un ligero viento que se dejó sentir en esta frontera, fue el marco para el desarrollo del tradicional viacrucis, presenciado por cientos de familias que vivieron el fervor religioso.
La Pasión y Muerte de Cristo fue seguida por las familias que se dieron cita a lo largo de la avenida Obregón, además de formar parte de la procesión siguiendo paso a paso las estaciones hasta llegar a la Catedral.
La explanada de la ahora Catedral de Nogales volvió a recibir a los católicos de esta frontera siguiendo el rito de la crucifixión de Jesús, en medio de Dimas y Gestas.
Más de 180 jóvenes de la Pastoral Juvenil y del grupo Arcoíris, matrimonios, seminaristas y sacerdotes, le impusieron a la escenificación un gran realismo y entrega en cada uno de los roles que les tocó representar.
Desde los guardias vestidos de Romanos, la Virgen María, madre de Jesús, María Magdalena, hasta el propio Jesús quien hacía notar con sus gestos y su agitado respirar, resentir el peso de la cruz.
Los Tribunales ahora fueron montados en la plaza Miguel Hidalgo, en donde se congregaron los nogalenses para ser testigos del castigo y la condenación del Hijo de Dios cargando el pesado madero.
Con la Cruz a cuesta y con los guardias” azotando en cada momento, inició el recorrido de las estaciones por avenida Obregón, en cuyas banquetas se congregaron muchas personas para  ver pasar el contingente, seguido a distancia y por el obispo Leopoldo González González.
Este viernes santo, la naturaleza fue benigna obsequiando un día fresco, con un cielo claro y viento leve, aumentando la temperatura conforme avanzaba el contingente, sin que ello fuera impedimento para mostrar  el fervor religioso de los nogalenses.
Personal del departamento de Tránsito tuvo que bloquear por momentos el tráfico de la avenida, orientando a los escasos automovilistas y camiones urbanos a tomar rutas alternas para no entorpecer la circulación.
Las oraciones y los gritos de los soldados romanos se confundían en uno solo a lo largo de la calle, mientras los grupos de jóvenes formaban una barrera para darles espacio a los actores.
Cargando una pesada cruz el joven Ramsés Leal Tolano, caminó todo el trayecto a paso lento, pausado, soportando y cayendo varias veces al suelo según la representación religiosa.
Ahora apoyados en sonido ambiental, los sollozos de María madre de Dios y los de María Magdalena pusieron un toque dramático a la actuación y captaron aún más el interés de los feligreses por el desarrollo del Viacrucis.
El sonido de los martillazos, el eco de las Siete Palabras, el sollozo de una madre abrazando el cuerpo inerte de su hijo que fue bajado de la cruz, avivaron la atención del público.
Luego vino el silencio al depositar el cuerpo de Jesús en la tumba cubierta por una pesada losa, sumió a los feligreses en una silente oración, mientras el Obispo Leopoldo González invitaba a continuar con las celebraciones de la iglesia durante sábado y domingo.

Los jóvenes, la esperanza de la Iglesia
El obispo de Nogales, Monseñor Leopoldo González González, ponderó el vigor de los jóvenes participantes en el viacrucis y tomando las palabras del papa Francisco, dijo son la esperanza de la Iglesia.
Pero también el anhelo de las personas mayores”, expresó, están sedientos, hambrientos de dios y hay que insistir, en la formación bíblica, en la experiencia de Cristo para que luego salgan a comunicar esa alegría a los demás”.
Siendo su prima cuaresma como representante eclesiástico en esta frontera, destacó ser una gran experiencia como primer Obispo de Nogales, el haber acompañado a este pueblo en su itinerario cuaresmal.
Estos días del triduo sacro como son la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, explicó, significan un aprendizaje caminando con los fieles de esta frontera y de toda la región.
Estoy aprendiendo de su fe profunda, estoy aprendiendo de su sencillez”, precisó, esto es lo importante, el ir descubriendo la presencia de Dios en medio de la comunidad”.
El Obispo de Nogales siguió el viacrucis desde su inicio en la plaza Miguel Hidalgo, hasta la llegada a la Catedral, en donde invitó a los feligreses a seguir las enseñanzas de Jesús desde la Cruz.

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