Todos somos iguales: ‘Rigo’ Valenzuela

Francisco Valenzuela Suárez es famoso en Nogales, pero nadie lo conoce con ese nombre, para sus amigos y clientes es Rigo, propietario del restaurante El Tule, en el que comenzó como mesero

Todos somos iguales: ‘Rigo’ Valenzuela
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Nogales.

Francisco Valenzuela Suárez es famoso en Nogales, pero nadie lo conoce con ese nombre, para sus amigos y clientes es Rigo, propietario del restaurante El Tule, en el que comenzó como mesero.
Siendo un jovencito se aventuró a salir de su ciudad natal, Hermosillo, para venir a trabajar a esta frontera como cocinero en un restaurante italiano, y al quebrar éste comenzó a vender comida en la calle por su cuenta, hasta que logró tener una cocina industrial y luego ser el propietario del famoso restaurante de carnitas visitado por ciudadanos de ambos lados de la frontera, así como artistas y políticos.
Rigo platicó con El Diario de Sonora con motivo de su 25 aniversario y dio cuenta de la historia de la ciudad a través de sus vivencias y cómo los alimentos unen a las personas.
A continuación le presentamos la entrevista íntegra.

Todos lo conocen como Rigo, ¿pero ese no es su nombre?

Así es, me llamo Francisco Valenzuela Suárez, pero todos me conocen como Rigo, así me iban a poner.

¿A los cuántos años llega a Nogales?

Llegué como a las 24 o 25, me vine a trabajar en un restaurante de un italiano que conocí en Hermosillo, donde tenía un restaurante y pues él me trajo.

¿Qué empezó haciendo aquí en Nogales

Comencé a trabajar con este señor, el restaurante estaba ahí donde está el Interceramic. Era un restaurante italiano, pero la gente no estaba acostumbrada a esa comida. Era muy bonito lugar, se llamaba Catari, y yo era cocinero, siempre me ha gustado la cocina. Yo no estudié y me gustaba comer y pues dónde no iba a tener hambre, pues era en la cocina.
La gente no estaba acostumbrada a la pizza, al espagueti, a la lasaña, no había esa cultura. Teníamos muy pocos clientes, uno que otro venía, y era muy bonito el restaurante, duró unos 4 o 5 años.

¿Qué viene después para usted?

De ahí, estaba un lugar que se llamaba El Merendero y el señor siempre me quería llevar a trabajar, siempre he tenido la suerte de que me quiera la gente.

¿Por qué cree que lo quieran?

Pues no sé, a través del tiempo me he dado cuenta que la gente me quiere, no sé si me lo merezca, pero he tenido la fortuna de que la gente, sin ningún tipo de interés, me ofrezca un plato de comida, por más humilde que fuera.

¿Fueron difíciles esos años en Nogales?

Sí, mucho, había pobreza, y yo no quise regresar a Hermosillo, me quedé a salir adelante, estuve luchando día tras días, vendía tacos, y ahí se me fui dando a conocer en las calles, haciéndome popular. Después me fui al Merendero, de ahí me fui al Puente de Vigas, del Puente me fui a una fábrica, ahí ya como dueño de un comedor industrial, ya era rico  entonces (risas), servía comida a los trabajadores, hasta 600 platos 0 700, mañana y tarde.



¿En qué maquiladora servía?

Producto de Control.

¿Y cómo fue que se hizo rico de pronto?

(Risas) Servía mucha comida, les daba a muchos y pues estaba muy a gusto trabajando en la fábrica, tenía 14 empleados, hace como 30 años.
El 13 de septiembre cumplí 50 años trabajando para Nogales… Un cumpleaños mío regalé la comida a toda la fábrica, puse mariachi, y recuerdo que el gerente, que hablaba inglés preguntó qué estaba pasando en el lugar y luego de que le dijeron, dijo que quería conocerme y pues así me fui ganando a la gente.
Después me habló el señor del Puente de Vigas, que si lo quería rentar, pero yo estaba bien a gusto en la fábrica, ya ganaba como si fuera gerente; estaba bien a gusto, pero me convenció. Y que va siendo un éxito rotundo, tremendo, y este restaurante, El Tule, se vino para abajo. Yo trabajé aquí de mesero, antes de la fábrica, y luego me dijo un licenciado, que me vendía el Tule, pero el dueño ya se había sentido conmigo porque estaba  en el Puente, y era la misma comida. Miguel Mendez me lo vendió. En ese entonces tenía muy buen relación con un gerente de la Tecate, que cuando le dije que me vendía El Tule, rápido me dijo cómpralo y me ayudó con el dinero que me faltaba, fueron 28 millones de pesos de aquel entonces, y ahorita ya tengo cerca de 37 años con el restaurante.

¿Qué pasó con el Puente de Vigas?

Pues como era rentado lo dejé, y aquí estaba solo, toda la clientela la tenía allá y no funcionaba, apenas sacaba para los empleados en un principios. Pero la gente iba y me buscaba al Puente y cuando les decía que estaba acá comenzaron a venir, hasta que estaba lleno.




¿Tiene clientes de ese tiempo?

Sí, gente de la maquiladora que ya están jubilados. Personal de aquí también ya se ha jubilado. Felipe tenía 30 años aquí, él ya murió, lo quería mucho la gente. Y yo lo regañaba.

¿Cuál ha sido la clave para tener un negocio tan próspero?

Más que todo, creo que a la gente le gusta el ambiente, la atención, que todos somos iguales, creo que eso define, por eso muchos restaurantes no duran.

¿Le preocupa la competencia, el que haya tanto restaurante?

Pues todavía no me ha llegado esa envidia que da, porque gracias a Dios aquí estamos, y grandes gentes han venido.

¿Cómo quién?

Pues aquí estuvo Luis Donaldo Colosio, todos los candidatos a presidente municipal, Chayito Valdez, que en ese entonces andaba tan amolada, porque tuvo un accidente y nadie le daba trabajo porque cantaba en silla de ruedas y aquí estuvo y fue un éxito.

¿De dónde la conocía?

Hace muchos años cuando yo llegué iba a un lugar llamado Forty Club a bailar, ahí iba ella, nos hicimos amigos, bailábamos.
Luego tuve a Sheyla, a esa muchacha le caí bien y un día que fui a México con mi hermana, estaba comiendo en un restaurante y oía que gritaban ‘Rigo’, y era la Sheyla y me manda gente, me recomienda… La Ana Gabriela Guevara también venía, me adoraba, todavía me quiere. Recuerdo una vez que entrevistaron a la Ana aquí, no cabían las antenas para transmitir y tanta gente, el lugar era muy chiquito.
También Oscarito Valdez, soy muy amigo de su abuela.

¿Cuántas personas trabajan con usted?

Son 28 personas y algunos con varios años, no se quieren ir de aquí.

Alguna anécdota que me comparta

Una vez un señor preguntó por el dueño del lugar y cuando le dijeron quien era, dijo que no le daba ni de lavaplatos (risas).
La verdad es que si hay que lavar platos, pues hay que lavarlos. Hay que estar preparados para todo.

¿Dónde aprendió a hacer las carnitas, su especialidad?

En el Puente de Vigas.

El Tule también se distingue por su mariachi

Sí, el mariachi no falta, a veces me hartan (risas).

¿Cómo lo ha tratado Nogales en los últimos 25 años?

Muy bien, prueba que aquí estamos.

¿Qué ha visto Nogales en estos 25 años?

Ha crecido Nogales muchísimo, muchas colonias y para todas partes. Pero como que les ha faltado a los presidentes municipales, éste ya avanzado un poco más.

¿En qué sentido?

Duramos como un mes para salir de la casa porque estaban trabajando en las calles. Habían quedado abandonados unos trabajos de pavimentación.

¿Qué le gustaría ver en Nogales?

Pues me gustaría más espacios para las familias, donde convivan, sin tener que preocuparse o gastar mucho.

¿Se regresaría a Hermosillo?

No, yo ya soy nogalense.

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