100 años del Cuerpo de Bomberos de Nogales Gustavo L. Manríquez

Su vocación por ayudar al prójimo los llevó a conformarse un 25 de noviembre de 1917 y un año después asignan el nombre de uno de sus fundadores

La demanda de seguridad patrimonial de una comunidad creciente llevó a un grupo de hombres a organizarse para acudir en auxilio y atender las emergencias de los residentes de esta frontera.

Unidos por la voluntad se conjuntaron para el sacrificio y se pusieron en acción; armados solo con las manos como herramientas, sus ropas y zapatos de trabajo, pero con gran corazón, socorrían a las víctimas de un incendio.

Esta misma vocación generó en la conformación hace 100 años del primer Cuerpo de Bomberos de Nogales, formalizado un 25 de noviembre de 1917 quedando al frente Don Gustavo L. Manríquez.

Desde su formación, la organización se volvió un activo importante de la ciudad de Nogales que a la muerte de uno de sus fundadores y para honrar su memoria, en 1918 cambió al nombre de cuerpo de Bomberos Voluntarios Gustavo L. Manríquez.

Junto al desarrollo y crecimiento de esta frontera, los integrantes del cuerpo de bomberod han estado a la par de su avance inculcando en las nuevas generaciones de sus integrantes la vocación de servicio.

La visión de sus fundadores y quienes han estado al frente de la organización generaron su autonomía y, con ello, la identidad propia de un grupo de auxilio que no puede desasociarse de la ciudad de Nogales.

La filosofía de servicio al prójimo, aunado al interés de salir adelante ante las adversidades, con el apoyo de la ciudadanía a través de colectas y otras actividades, hizo posible la adquisición de equipo y su adiestramiento.

Primero fue una carreta habilitada con mangueras, lámparas y jalada por los voluntarios adquirida en el vecino país del Norte, viniendo después otros aditamentos para la seguridad personal y, así, ir reuniendo el inventario.

Cien años de historia y tradición

Con el paso de los años, el cuerpo de Bomberos Voluntarios Gustavo L. Manríquez ha tejido su historia junto al desarrollo y crecimiento de la ciudad, forjando así sus tradiciones.

La voluntad, el compromiso y la ideología de sus fundadores, ha sido transmitida de generación en generación a sus integrantes, como también a los ciudadanos fronterizos.

La semilla plantada por los iniciadores del cuerpo de bomberos germinó con los cuidados de quienes les precedieron, regadas con el sudor del trabajo colectivo y las lágrimas de quienes sacrificaron su vida por los demás.

No ha sido fácil mantener en todo este tiempo la unidad, el compromiso de estar a la altura para responder a las demandas de una ciudad creciente, reconoce su actual comandante Manuel Hernández Domínguez.

El ejemplo heredado por los fundadores ha sido la principal motivación para arribar a los primeros cien años de la institución, con fortaleza para proteger y cuidar no solo a Nogales, sino también la región norte del estado.

Después de un inicio incierto en 1917, los integrantes del cuerpo de Bomberos Gustavo L. Manríquez” son de los más capacitados y adiestrados, con mayor y mejor equipo para responder a cualquier contingencia.

Nos hemos preocupado por capacitarnos, adiestrarnos”, expresa Hernández Domínguez, contamos con un patronato dirigido por don Rodolfo Monroy que organiza actividades para adquirir el equipo y las herramientas para salvaguardar la integridad y las propiedades de los nogalenses”.

De aquellas vicisitudes enfrentadas por los fundadores de hasta falta de agua para combatir un incendio y otras insuficiencias, sirvieron para pavimentar el camino hasta ahora y a la distancia, su ejemplo se acrecienta.

Aunque sus integrantes y sus retos cambien con los años, la meta es la misma: Proteger el patrimonio y la integridad física de los ciudadanos.

Las bases trascienden en el tiempo

El legado en la vocación de servicio, el voluntariado y el amor al prójimo, como la voluntad para responder a las emergencias han sido el cimiento de las bases que han trascendido con el paso del tiempo.

Con este ejemplo han crecido generaciones de bomberos voluntarios, jefes y comandantes que a lo largo de 100 años han pasado por la institución, así como familias enteras que se han nutrido en esta filosofía de vida.

Para el actual comandante Manuel Hernández Domínguez, estar al frente en este tiempo de celebración del primer centenario del cuerpo de bomberos Gustavo L. Manríquez, es un orgullo y a la vez, un compromiso.

Este compromiso se refleja con haber pasado de una carreta habilitada con mangueras a 30 unidades y cinco estaciones en la ciudad, así como más de 100 elementos dispuestos al sacrificio.

Además del equipo de protección personal, el adiestramiento y la capacitación, dice, no hubiera sido posible sin la participación la colaboración de la ciudadanía, como tampoco de los tres niveles de gobierno.

Ya no es lo mismo sofocar el incendio de una vivienda de madera y lámina de cartón, explica, pues hasta eso ha cambiado, porque ahora las estructuras de los edificios y casas son diferentes.

La atención a los incendios forestales y el responder a las emergencias por la utilización de materiales peligrosos, trabajar en espacios confinados, rescate con cuerdas, en aguas rápidas, en accidentes automovilísticos y utilizar un binomio canino.

Sin descuidar el trabajo preventivo y de concientización a la sociedad, con el programa Bomberos en tu Colonia y el generar el interés de las futuras generaciones con el campamento Bomberitos Exploradores.

El reto de los bomberos para los próximos 100 años, describe Hernández Domínguez, es mantener la cultura del servicio y estar en condiciones de responder a las exigencias de la comunidad.