Arancel al tomate mexicano: “Intereses políticos y medidas proteccionistas”

Arancel al tomate mexicano: “Intereses políticos y medidas proteccionistas”
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Nogales, Az


Guillermo Martínez, Gerente General de Wilson Produce, habla sobre cómo impacta esta decisión en la economía local y cómo los procesos de la cadena productiva deberán reajustarse si no se llega a un nuevo acuerdo


Intereses políticos y medidas proteccionistas promueven la decisión del gobierno estadounidense de romper el acuerdo de suspensión e imponer un arancel del 17.5 por ciento al tomate mexicano, considera Guillermo Martínez.


El Gerente General de Wilson Produce habla de los efectos que trae esta decisión sobre la economía local y cómo los procesos de la cadena productiva se verían impactados, siendo el consumidor quien finalmente pague más.


El tomate es el rey”, es el producto más importante de Nogales en las produces de Nogales, Arizona y no será derrocado”, comparte el empresario en la siguiente entrevista que a continuación compartimos íntegra.


¿Qué piensa de la medida tomada por el gobierno de Estados Unidos en relación al arancel impuesto al tomate mexicano?


Es una medida que tiene tintes políticos, están factores como los productores de Florida, están tomando esta oportunidad de ejercer esta prerrogativa y eliminar el acuerdo de suspensión que se tenía con el Departamento de Comercio y los productores mexicanos de 1996; una medida que venía funcionando de manera normal, natural y eficaz. Y hoy están pidiendo al gobierno se rompa con ese acuerdo de suspensión y que continúen con la investigación iniciada hace 22 años.


Tiene una carga política importante y están aprovechando la coyuntura.


¿Qué arancel se pagaba antes de este 17.5%?


Cero por ciento a partir de 1996, cuando se alcanza el acuerdo de suspensión. Se establecían ciertas reglas de operación, muy claras, muy precisas, que los productores mexicanos estaban cumpliendo a cabalidad, pero arancel ninguno.


¿Es un golpe durísimo entonces este arancel?


Sí, hay que entender que un arancel lo paga el consumidor, es un arancel que se va a transmitir hacia delante en la cadena de distribución hasta llegar al consumidor final. Y definitivamente cambia la dinámica de la industria y del mercado.


¿Hay preocupación en Nogales por ello?


Sí y puede afectar de manera negativa y tener efectos posteriores, de realineamiento, de producción, quizá a productores mexicanos ya no les convenga sembrar, o sembrar en las cantidades que lo hacen actualmente. Hay un realineamiento y eso se traduciría a que llegaría menos tomate a la frontera, que significaría menos ingreso, y para la comunidad, menos trabajo.


¿Cómo impacta este arancel al mercado estadounidense y al mexicano?


Hay estudios que señalan que se puede dar un incremento desde un 15 hasta un 85 ciento del producto, es muy variable. Hay claros estudios de que tendrá un impacto directo en el precio al consumidor final.


En México, si no se tienen las áreas y cantidades de producción que se hacían por la lineamiento de producción, puede haber cierta escasez que provoque que los precios también se disparen.


¿Qué tanto tomate mexicano es importado a Estados Unidos?


De manera somera se dice que uno de cada dos tomates es mexicano.


¿Y tomate sinaloense?


Ha ido cambiando la dinámica de la producción de tomate en México, se han diversificado las zonas de producción. Sinaloa sigue siendo un dominante en la temporada invierno-primavera por su localización, por su clima natural de producción; sigue siendo muy dominante, pero ha habido desarrollo en otras zonas del país. Anteriormente, varios años atrás, se podía decía que tenían el 70-80 por ciento de los tomates, ahora ya no es así.


¿Y Sonora, qué tanto participa?


Son por temporadas, en esta temporada de primavera-verano, que es de mayo a julio, posiblemente por este puerto fronterizo cruce el 75 por ciento de la producción sonorense. En esta temporada dominan la producción. Sinaloa viene de bajada, viene bajando su producción y Sonora va empezando con plantas nuevas, con más vigor y calidad.


¿Qué tanto dependen las Produce del tomate?


Es el producto más importante de Nogales, definitivamente. Aunque hay una gran diversidad de vegetales, el tomate es el rey.


¿Cómo impacta el tomate a la economía de ambos Nogales?


No podría hablar de Nogales, Sonora, tengo entendido hay ingreso secundarios debido a la exportaciones del tomate a Estados Unidos, desde fletes, bodegas de almacenaje, agentes aduanales; una serie de prestadores de servicio que soportan a los exportadores de tomate mexicano.


En Nogales, Arizona, es un producto que detona la economía, si no hay tomate, si por ejemplo se reduce a la mitad, va a tener un impacto negativo en la economía de las personas, de los trabajadores, de la comunidad.


¿Hablamos entonces de recortes de personal, de cruces?


Claro, si se reducen las producciones de tomates se van a reducir los cruces, los camiones que cruzan a Nogales, Arizona y no habría necesidad de mantener la plantilla laboral que se tiene en la actualidad.


¿Se tiene precedente con algún otro producto?


No hay precedente, un acuerdo de suspensión como el que se tenía con el tomate, no existía, al menos en alimentos, había en otras industrias que se pactaron hace tiempo. Sin embargo, un esquema como el del tomate era completamente algo novedoso y cuando se estructuró fue algo que definió claramente las reglas del juego y se fue adecuando y renovando conforme pasaba el tiempo. Quizá un acuerdo posterior a lo del tomate es el que se implementó con el azúcar mexicano, es un esquema similar, pero con diversas variantes.


¿Por qué el tomate?


Bueno, en aquel entonces los productores de Florida eran dominantes en el mercado, estamos hablando de 22 años atrás, tenían una presencia muy importante en el mercado y cuando los mexicanos fueron modificando y tecnificando sus operaciones fueron haciendo más eficientes sus operaciones, con mejores rendimientos, variedades, mejores costos operativos por eficiencias mismas; fueron mejorando, y los productores de Florida, no. Siguen estos métodos muy similares a los que hacían hace 22 años, con las mismas variedades que usaban hace 22 años; variedades que al consumidor ya no le gustan.


¿Entonces no tenemos un problema de calidad?


Sí lo tenemos, en el sentido que nosotros ofrecemos un producto superior, superior en longevidad en anaquel, superior en color, sabor, contenido nutricional, superior en variedad. Sí es un producto superior, en México se producen tomate saladate, que en Estados Unidos se llama Roma, se produce el bola, que es el que se produce en Florida, tenemos los tomates en racimo, los uva, los cherry, los tomates amarillos, cafés; una variedad inmensa.


¿La producción norteamericana es suficiente para abastecer al país?


Definitivamente no y es por eso que los precios hacia al consumidor se dispararían si la medida continúa.


¿Cuál sería el peor escenario? ¿Mantener el arancel de 17.5%?


Creo que el tema es cómo llegar a una negociación donde no se politice las mecánicas normales de mercado. Ahorita están las negociaciones con las autoridades de Estados Unidos para establecer posiblemente otro acuerdo de suspensión, mordernizado, actualizando para mejorar tanto a los productores mexicanos como también atender las inquietudes de los productores americanos y poder establecer otro juego de reglas, donde se tengan cómo actuar y que todo sepamos cómo actuar. Considero que de esa manera no se establecen de manera ficticia aranceles, que ahorita es de 17 por ciento, pero que pudiera llegar a ser otro en un futuro, y ahí sí pudiera llegar a impactar de manera muy negativa la dinámica de la producción mexicana del tomate.


(…) Las negociaciones siguen ahí, los productores mexicanos están en pro de llegar a un acuerdo, a una negociación para eliminar tarifas impuestas por medio de una medida proteccionista, que es el dumping.


¿Y si no?


Habríamos de continuar con un esquema de pago de aranceles y se tendría que ajustar la industria como tal para ejecutar ese pago.


¿Se tenía contemplado que esto podía pasar?


Siempre se está negociando, el acuerdo de suspensión es una renovación quinquenal, así había sido, siempre existe una preparación de por medio. Se sabe que hay ciertos empujes políticos por parte de Florida, y los actores y negociadores han estado atendiendo esos vaivenes políticos y creo que se tiene el panorama completo para actuar en A, B o C escenario. Somos empresarios y vamos a adecuarnos a las condiciones del mercado que prevalezcan.


Quieren derrocar al tomate, que es el rey


El rey siempre será el rey. Al final de cuentas debemos entender que el consumo de tomate en Estados Unidos aumentó de forma importante a partir del acuerdo de suspensión a la fecha. Aumentó al doble y eso no se va a ir, no se irá a ninguna parte. El consumidor seguirá queriendo su hamburguesa con tomate y muy probablemente la quiera con tomate mexicano, porque es más sabroso. Así que no creo que derroquen al rey.

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