Nogales, Az.
Se trata de jovencitos con menos de 17 años, cifra que de 2011 a 2012 se duplicó.
En todo el país vecino, el año pasado se detuvieron a 24 mil 481 jóvenes intentando cruzar la frontera México-Estados Unidos sin la compañía de un adulto.
En la garita que marca la división entre la ciudad de Nogales, Sonora en México y Nogales, Arizona en Estados Unidos, unos quince jóvenes esperan bajo el sol. Tras los vidrios en tonalidades oscuras se mira al grupo con la cabeza gacha, con la ropa raída, los zapatos rotos y el cabello despeinado. En unas horas, se convertirán en el primer grupo del día que tras haber sido detenido por la patrulla fronteriza será entregado al consulado mexicano para iniciar el camino de regreso a sus países.
Cada día, la patrulla fronteriza en esta región de Arizona, en el sureste de Estados Unidos, detiene en promedio a 30 menores de 17 años, cifra que de 2011 a 2012 se duplicó.
En todo el país, el año pasado se detuvieron a 24 mil 481 jóvenes intentando cruzar la frontera México-Estados Unidos sin la compañía de un adulto. En 2011, esa cifra alcanzó los 16 mil 000.
Según los protocolos de la Patrulla Fronteriza, en cuanto se detecta o se tiene sospecha de que uno de los migrantes detenidos es menor de edad y viaja solo se debe dar aviso al consulado mexicano para iniciar y completar el trámite de deportación en menos de 24 horas.
En Nogales, Arizona, los menores son llevados a una zona fuera de la garita, lejos del tránsito peatonal y vehicular para una de las dos visitas que personal del consulado de México hace a la zona.
Su espera también es totalmente aparte de los centros de detención, a donde son llevados el resto de los migrantes detenidos que en 2012 sumaron 126 mil 400 sólo en la región de Arizona.
Jugo, galletas
y Doritos
El vocero de la Patrulla Fronteriza, Andy F. Adame, dice que cada vez que se detiene a un migrante lo primero es asegurar que haya comido algo, así que se les entrega un paquete de galletas, un jugo de manzana y una bolsa de Doritos.
Más tarde, en los centros de detención los migrantes podrán recibir un plato de macarrones con queso instantáneos, barras de granola y siempre tendrán un garrafón con agua a la mano.
Las celdas —ubicadas a dos o tres metros de los centros de trabajo de los agentes de Aduana y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés)—, tienen capacidad para 40 personas cada una, cuentan con catres de plástico y cobijas hechas también de ese material y de una especie de tela pellón.