En el corazón del desierto de Arizona, en la ciudad de Phoenix, un grupo de investigadores se encuentra al frente de una batalla contra uno de los cánceres más letales que existen: el glioblastoma (GBM). El Centro de Tumores Cerebrales Ivy del Instituto Neurológico Barrow está liderando ensayos clínicos de un nuevo medicamento que podría cambiar el panorama para los pacientes con esta terrible enfermedad.
El Dr. Nader Sanai, un cirujano de tumores cerebrales y director del Ivy Brain Tumor Center, describe el GBM como el "cáncer más mortal conocido por el hombre". Con una supervivencia media de solo 16 meses, las opciones de tratamiento actuales se han mantenido prácticamente sin cambios en las últimas décadas. Sin embargo, una nueva esperanza surge con el Niraparib, un medicamento que podría ofrecer a los pacientes unos meses adicionales de vida.
Lanette Veres, una sobreviviente de GBM diagnosticada en 1998, representa una historia de resistencia y esperanza. A pesar de un pronóstico desalentador, Veres se ha mantenido libre de la enfermedad durante 26 años. Su lucha la llevó a fundar la Fundación Gray Matters, que apoya a otros pacientes que enfrentan este desafío. Veres, al igual que muchos, ve en el Niraparib un rayo de luz en la lucha contra el GBM.
El Centro de Tumores Cerebrales Ivy ha iniciado la fase 3 de los ensayos clínicos del Niraparib, llamados estudio Gliofocus. El primer paciente en recibir el medicamento en este estudio es de Arizona. Aunque el medicamento no es una cura, el Dr. Sanai lo describe como una "terapia dirigida" que ataca al cáncer de manera más específica que la quimioterapia tradicional, ofreciendo la posibilidad de convertir el GBM en una enfermedad crónica.
Los resultados de las fases iniciales de los ensayos clínicos muestran un futuro prometedor, con una supervivencia media de 20 meses. La investigación continúa en 90 sitios clínicos en 10 países, con 30 sitios adicionales abriendo sus puertas en los Estados Unidos. Se espera que los ensayos de fase 3 concluyan en 2026, lo que podría abrir la puerta a la aprobación de la FDA y un uso más amplio del medicamento.
El Niraparib, que se administra en forma de píldora, podría convertirse en una nueva alternativa para los pacientes con GBM, brindándoles la posibilidad de más tiempo con sus seres queridos y esperanza en la lucha contra esta enfermedad.