El detonante: lesiones sufridas durante un partido de clasificación al Mundial.
Según confirmó el propio club a través de un comunicado, Désiré Doué y Ousmane Dembélé presentaron molestias físicas tras el encuentro de Francia contra Ucrania. El primero, con una distensión en la pantorrilla que lo mantendrá inactivo cuatro semanas; el segundo, con un problema en el muslo que podría alejarlo del terreno de juego hasta seis semanas. "El club deplora que las recomendaciones médicas no hayan sido consideradas", señaló el PSG.
Pero hay más. El equipo parisino no se limitó a expresar su malestar. Envió una carta oficial a la Federación Francesa de Fútbol exigiendo cambios concretos:
- Un protocolo médico más transparente entre clubes y selección.
- Mayor colaboración en el manejo de las cargas de trabajo.
- Consultas obligatorias con los cuerpos médicos de los equipos.
El tema no es menor. Dembélé, considerado fuerte candidato al
Balón de Oro tras liderar al
PSG hacia su primer título de Champions, perderá partidos clave:
- 17 de septiembre: debut en Champions contra Atalanta.
- 1 de octubre: visita al Barcelona en Camp Nou.
Del otro lado, el técnico de Francia,
Didier Deschamps, defendió su postura:
"Siempre actuamos con profesionalismo. Si dejas jugadores en el banquillo, no hay riesgo, pero en el campo nunca es cero". Sin embargo, las críticas apuntan a un problema más profundo.
El sindicato de futbolistas franceses (UNFP) ya había encendido las alarmas meses atrás, calificando el calendario actual como "una masacre" para los jugadores. El caso del PSG ejemplifica esta sobrecarga:
- Finalizaron la temporada pasada el 13 de julio (Mundial de Clubes).
- Tres semanas después: Supercopa de Europa contra Tottenham.
- Inicio de Ligue 1: 16 de agosto.
Mientras tanto, en París esperan respuestas. No solo por sus estrellas lesionadas, sino por lo que esto representa en la eterna pugna entre clubes y federaciones. La salud de los futbolistas, una vez más, queda en medio del debate.
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