El joven, Ares Adle, había crecido en un entorno familiar aparentemente normal. Sin embargo, la noche de ese fatídico día, algo cambió. Según los testimonios, Adle se sintió amenazado por una comentario de su tía, Tonya Harper, de 42 años. La situación se descontroló y Adle terminó apuñalando a su tía hasta la muerte.
La investigación posterior reveló que Adle había planeado el crimen con antelación. Se encontraron más de una docena de líneas telefónicas cortadas y varios teléfonos celulares de su tía escondidos. El arma del crimen, un cuchillo ensangrentado, también fue encontrada.
Los fiscales argumentaron que Adle había planeado el crimen, pero la defensa sostuvo que no había motivos claros para el asesinato. "No. Amo a tía Tonya. No quería herirla. Solo no quería lastimarme a mí misma", declaró Adle en el estrado.
La familia de Adle había mencionado que el joven sufría de una forma de esquizofrenia, pero el juez decidió que la salud mental no era un factor relevante en el juicio. Adle fue acusado de asesinato en primer grado, pero en octubre, un jurado optó por la alternativa de asesinato en segundo grado, con una pena de 10 a 25 años.
Después de un largo proceso judicial, Adle fue condenado a 13 años de prisión por el asesinato de su tía. La sentencia fue dictada en un tribunal de Phoenix, Arizona, y pone fin a un capítulo trágico en la vida de este joven.