Arizona: ejecución tras 23 años de dolor, una hermana busca cierre

Pero esta no es una historia sobre el condenado, Aaron Gunches, sentenciado a muerte por asesinato y secuestro. Es la historia de la resiliencia, del duelo y de la búsqueda de un cierre. Es la historia de Karen Price y la promesa hecha a su hermano.
El año 2002 marcó un antes y un después para la familia Price. Su hermano mayor, Ted, un hombre descrito por Karen como "amable y comprensivo", viajó a Arizona para ayudar a su exesposa, Kat, quien luchaba contra una adicción a la metanfetamina y vivía en situación de precariedad con sus dos hijos, a quienes Ted quería profundamente.
La tragedia se desató cuando Ted amenazó con denunciar la situación de Kat a los servicios de protección infantil (CPS). En palabras de Karen: "Kat llamó a Aaron Gunches, su proveedor de drogas, y le dijo: 'Mi ex está aquí. Quiere denunciarme al CPS. Tienes que encargarte de esto'." El resultado fue brutal: Ted fue secuestrado y asesinado en el desierto.
Gunches fue declarado culpable y condenado a muerte. Kat, involucrada en el crimen, nunca enfrentó cargos por el asesinato. Han pasado 23 años. 23 años de dolor, de lucha, de un vacío que solo el tiempo ha podido atenuar, pero no borrar. Ahora, Karen está a punto de tomar una decisión difícil, un viaje trascendental.
Esta semana, Karen viajará desde la Costa Este a Arizona para presenciar la ejecución de Gunches. Su decisión no está exenta de controversia, pero para ella es "una responsabilidad, una necesidad, un cierre para Ted y para nuestra familia". Su presencia en la ejecución representa la culminación de un largo camino en el que el dolor se ha convertido en una fuerza impulsora, en un compromiso inquebrantable con la memoria de su hermano.
Ante la pregunta sobre su postura frente a quienes se oponen a la pena de muerte, Karen responde con simpleza y contundencia: "Ponte en mis zapatos."