Arizona: crisis de violencia en prisiones; 5 muertes en dos semanas

Dos nuevos decesos, ocurridos esta semana, se suman a la serie de muertes investigadas como posibles homicidios dentro del sistema penitenciario de Arizona. Daniel Montoya, de 36 años, falleció el martes en la prisión de Lewis, según confirmó el Departamento de Correcciones de Arizona (ADCRR). Su esposa, Raychel Brigante, declaró a ABC15 que “le explicaron que lo habían apuñalado y que sucumbió a sus heridas. Mi esposo tenía mucho remordimiento, se volvió a Dios, y no merecía esto... muchos de ellos están ahí cambiando para mejorar, para poder regresar a casa con sus familias. Y ahora mi esposo, no podemos hacer nada de lo que planeamos, porque alguien decidió egoístamente quitarle la vida.”
Un segundo caso involucra a Jesse Alejandro, de 40 años, quien falleció el miércoles. Según el ADCRR, se investiga su muerte como un posible homicidio. Carlos García, director ejecutivo de la Asociación de Oficiales de Paz Correccional de Arizona, reveló que Alejandro fue apuñalado por un recluso en lo que se conoce como un programa de "reducción de clasificación". García explicó que este programa "consiste en tomar a un recluso de alto nivel, reducir su número de reclasificación y meterlo en una prisión donde no pertenece".
Estos dos casos se suman a la muerte de tres reclusos el mes pasado, atribuidas a Ricky Wassenaar. Esto eleva la cifra a cinco muertes en dos semanas, según García. Sin embargo, la situación se complica con el caso de Joseph Desisto, de 81 años, compañero de celda de Wassenaar, quien falleció en noviembre. Mientras Wassenaar confesó su asesinato, el ADCRR y el informe del médico forense del Condado de Pima no encontraron evidencia de violencia y atribuyeron la muerte a causas naturales. El informe de autopsia indicó una causa de muerte "indeterminada", con el Dr. Phillip Keen, ex médico forense del Condado de Maricopa, añadiendo que "no tener una causa de muerte definitiva no descarta otras posibilidades; simplemente no se encontró evidencia de ellas".
La complejidad de estas investigaciones resalta la necesidad de una mayor transparencia y un análisis exhaustivo de las políticas y protocolos de seguridad dentro del sistema penitenciario de Arizona. La falta de una conclusión definitiva en algunos casos genera incertidumbre y preguntas sobre la verdadera extensión de la violencia dentro de las prisiones.