Un grupo de ingenieros aeroespaciales británicos, de la Universidad de Southampton, han creado un motor de propulsión de plasma que promete revolucionar los viajes interplanetarios.
Este motor, bautizado como Super Magdrive, se alimenta de una fuente de energía inusual: casi cualquier metal. Esta innovación abre la puerta a viajes espaciales de larga duración, ya que las naves podrían abastecerse de combustible en lugares como la Luna, asteroides o cometas, ricos en metales.
El Super Magdrive, por su tamaño actual, aún no puede propulsar naves fuera de la gravedad terrestre. Para ello, necesitaría un sistema convencional de combustible líquido. Sin embargo, una vez en el espacio, la energía solar, combinada con la energía del metal ionizado almacenada en condensadores, generaría un impulso de plasma que permitiría a la nave alcanzar velocidades increíbles.
La tecnología del Super Magdrive se basa en la ionización de metales y la aceleración de plasma a altas velocidades. El plasma, un gas ionizado con alta densidad y temperatura, se impulsa mediante campos magnéticos, generando una propulsión significativamente superior a los sistemas de propulsión eléctrica y solar actuales.
Aunque actualmente el Super Magdrive solo ha sido diseñado para satélites, los investigadores trabajan para aumentar su potencia, permitiendo así impulsar naves espaciales a distancias aún mayores.
Esta tecnología tiene el potencial de reducir los costos de combustible, aumentar la carga útil de los satélites y mejorar su seguridad y duración en sus misiones orbitales.
Aunque el uso de metal como combustible en la industria espacial no es nuevo, el Super Magdrive se diferencia por su capacidad de utilizar una amplia gama de metales, incluyendo aluminio, cobre y hierro.
En el futuro, las naves espaciales con Super Magdrive podrían detectar y aterrizar en cuerpos celestes ricos en metales, repostar sus tanques y continuar su exploración del espacio.
El Super Magdrive podría impulsar la humanidad más allá de nuestro Sistema Solar, abriendo un nuevo capítulo en la historia de la exploración espacial.