Un escenario donde los mensajes incendiarios, las noticias falsas y las narrativas polarizadoras se propaguen como la pólvora, avivando la furia y la desconfianza.
Este panorama, que parece sacado de una película distópica, es la realidad que descubrió Ofcom, el organismo regulador de medios en el Reino Unido, tras analizar el impacto de las redes sociales en los disturbios que sacudieron Inglaterra e Irlanda del Norte en el verano pasado. Ofcom encontró una clara conexión entre la violencia y las publicaciones en redes sociales y aplicaciones de mensajería. El gobierno británico había solicitado a Ofcom que investigara cómo se difundían contenidos ilegales y desinformación durante los disturbios.
En una carta abierta con sus hallazgos, la directora de Ofcom, Dame Melanie Dawes, señaló que los contenidos relacionados con los disturbios se propagaron ampliamente y rápidamente en línea luego de los apuñalamientos en Southport, en julio, que precedieron a la violencia. Aunque la mayoría de las plataformas online actuaron con rapidez para eliminar este contenido, Ofcom detectó que la respuesta de algunas empresas fue desigual.
Las publicaciones sobre el incidente de Southport y los eventos posteriores de cuentas de alto perfil alcanzaron a millones de usuarios, demostrando el poder de la viralidad y las recomendaciones algorítmicas para impulsar narrativas divisivas en tiempos de crisis.
"Ofcom está diciendo que las publicaciones en redes sociales que incitan a los disturbios no son solo palabras: juegan un papel importante en avivar las llamas del desorden", declaró Rashik Parmar, del BCS, el Instituto de Ingeniería Informática. "Debería haber responsabilidad cuando las plataformas permiten que contenido peligrosamente divisivo se difunda sin control".
Hanna Kahlert, analista de medios de Midia Research, coincide con Parmar, asegurando que los hallazgos de Ofcom equivalen a un llamado a las plataformas sociales para asumir una mayor responsabilidad por el impacto de su contenido.