Los científicos lo llamaron "un objeto sísmico no identificado".
La señal se repitió cada 90 segundos durante nueve días, despertando la curiosidad de un grupo de investigadores que compartieron sus observaciones en una plataforma de chat online. Al mismo tiempo, científicos daneses que trabajan en Groenlandia recibieron reportes de un tsunami en un fiordo remoto.
Uniendo fuerzas, los científicos rastrearon la fuente de la señal sísmica hasta el Fiordo Dickson, en el este de Groenlandia. Imágenes satelitales y fotografías tomadas por la Marina Danesa antes del evento revelaron un desprendimiento masivo de rocas en el fiordo.
Las imágenes mostraban una nube de polvo en una garganta del fiordo y, comparando fotos antes y después del evento, se descubrió que una montaña se había desplomado, arrastrando consigo parte de un glaciar hacia el agua.
Los investigadores calcularon que 25 millones de metros cúbicos de roca, equivalentes al volumen de 25 edificios Empire State, impactaron el agua, generando un megatsunami de 200 metros de altura.
La fuerza del impacto fue tal que generó vibraciones que recorrieron el planeta durante nueve días, siendo detectadas por sensores sísmicos en todo el mundo.
- A diferencia de los tsunamis comunes, causados por terremotos submarinos, este mega-tsunami quedó atrapado en el fiordo.
- Las paredes del fiordo no permitieron que la ola se disipara, por lo que continuó moviéndose de un lado a otro durante nueve días.
- El glaciar se había vuelto tan delgado que ya no pudo soportar el peso de la montaña, provocando su derrumbe.
A pesar de la escala del evento, no se reportaron víctimas, ya que el fiordo Dickson se encuentra en una zona remota, solo visitada por algunos cruceros árticos.
- La investigación sobre este evento, publicado en la revista Science, ha generado una creciente preocupación por el aumento de los desprendimientos masivos en Groenlandia.