La creación de dos imágenes puede consumir tanta energía como cargar un smartphone, y un solo intercambio con ChatGPT puede calentar un servidor tanto que requiere un litro de agua para enfriarlo.
Según un estudio reciente, el sector de la inteligencia artificial podría consumir anualmente tanta electricidad como los Países Bajos para 2027. Pero hay otro problema que preocupa a los expertos: la contribución de la inteligencia artificial al creciente problema de la basura electrónica. Un estudio publicado en Nature Computational Science encontró que las aplicaciones de inteligencia artificial generativa podrían agregar entre 1,2 y 5 millones de toneladas de basura electrónica peligrosa al planeta para 2030, dependiendo de la velocidad de crecimiento de la industria.
Esta contribución se suma a las decenas de millones de toneladas de productos electrónicos que se desechan anualmente en todo el mundo. Los teléfonos celulares, los hornos microondas, los computadores y otros productos digitales comunes a menudo contienen mercurio, plomo u otros tóxicos. Cuando se desechan de manera inadecuada, pueden contaminar el aire, el agua y el suelo. La Organización de las Naciones Unidas encontró que en 2022, alrededor del 78% de la basura electrónica del mundo terminó en vertederos o en sitios de reciclaje no oficiales, donde los trabajadores arriesgan su salud para buscar metales raros.
La investigación sugiere que la industria de la inteligencia artificial está creciendo rápidamente y requiere hardware de alta calidad para procesar miles de cálculos simultáneos. Sin embargo, este hardware tiene una vida útil de solo dos a cinco años y a menudo se reemplaza tan pronto como se lanzan versiones más nuevas. "La industria de la inteligencia artificial está creciendo muy rápido y requiere hardware de alta calidad, pero esto también significa que se está generando una gran cantidad de basura electrónica", dice Asaf Tzachor, investigador de sostenibilidad en la Universidad Reichman de Israel, quien coescribió el estudio.
Para calcular la contribución de la inteligencia artificial generativa a este problema, Tzachor y sus colegas examinaron el tipo y volumen de hardware utilizado para ejecutar modelos de lenguaje grandes, la duración de la vida útil de estos componentes y la tasa de crecimiento del sector de la inteligencia artificial generativa. Los investigadores advierten que su predicción es una estimación bruta que podría cambiar según varios factores adicionales.
La investigación sugiere que las empresas que utilizan inteligencia artificial tienen varias opciones para limitar la basura electrónica. Por ejemplo, es posible obtener más vida útil de los servidores a través del mantenimiento y las actualizaciones regulares, o reutilizando dispositivos desgastados en aplicaciones menos intensivas. La reutilización y el reciclaje de componentes de hardware obsoletos también pueden reducir la basura en un 42%, según el estudio. Además, un diseño de chips y algoritmos más eficientes podría reducir la demanda de hardware y electricidad de la inteligencia artificial generativa.
La combinación de todas estas estrategias podría reducir la basura electrónica en un 86%, según estiman los autores del estudio. Sin embargo, hay un problema adicional: los productos de inteligencia artificial tienden a ser más difíciles de reciclar que los productos electrónicos estándar porque a menudo contienen datos sensibles de clientes, según Kees Baldé, investigador de basura electrónica en el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación y la Investigación.
Las grandes empresas de tecnología pueden permitirse borrar esos datos y desechar adecuadamente sus productos electrónicos, señala Baldé. "Sí, cuesta algo, pero las ganancias para la sociedad son mucho mayores", dice sobre el reciclaje de basura electrónica en general.