Apple amenaza con retirar productos de la UE por regulaciones digitales

Lo que comenzó como un forcejeo regulatorio ahora amenaza con convertirse en un enfrentamiento que dejaría a millones de usuarios sin acceso a las últimas innovaciones tecnológicas.
Detrás de la advertencia hay un conflicto que lleva meses escalando. "Los usuarios europeos ya están experimentando retrasos en funciones que el resto del mundo disfruta", señaló la compañía en un documento enviado a la Comisión Europea. Entre las características afectadas están la duplicación de pantalla entre iPhone y Mac, herramientas de traducción en tiempo real con AirPods y actualizaciones críticas en Apple Maps.
La DMA, que entró en vigor en 2023, exige a los llamados "guardianes del mercado digital" (entre los que se encuentra Apple) permitir mayor interoperabilidad con sistemas de terceros. Pero según la firma de la manzana, esto genera un dilema imposible:
Lo que más preocupa a analistas son las implicaciones prácticas. Desde que Apple se vio obligada a permitir tiendas de aplicaciones alternativas en la UE, han proliferado casos de malware, estafas financieras y apps con contenido prohibido que antes eran filtradas por los estrictos controles de App Store. La compañía argumenta que esto expone a los usuarios a riesgos innecesarios.
El pulso ocurre mientras la Comisión evalúa por primera vez el impacto real de la DMA. Apple aprovechó la ventana de consulta pública para presentar un dossier de 12 páginas donde detalla cómo, en su visión, la regulación "crea más problemas de los que resuelve". La empresa mantiene que seguirá buscando soluciones técnicas, pero deja claro que hay límites a lo que puede ofrecer sin comprometer sus estándares.
Mientras tanto, usuarios reportan inconsistencias: algunas funciones aparecen desactivadas sin explicación, actualizaciones llegan con semanas de retraso respecto a otras regiones, y las advertencias de seguridad se han multiplicado al instalar apps fuera del ecosistema oficial. El conflicto refleja un choque filosófico entre dos modelos: la integración vertical que define a Apple contra la apertura radical que promueve Bruselas.