Según fuentes internas, Daniel Ek, el visionario que convirtió un sueño sueco en la plataforma de streaming más influyente del mundo, dejará el rol de CEO el próximo 1 de enero. Sin embargo, lejos de retirarse, asumirá un puesto clave como "presidente ejecutivo activo", un rol que él mismo describió como estratégico durante un Q&A con inversionistas. "En Europa esto no es un título decorativo", aclaró, marcando distancia con el modelo corporativo estadounidense.
Los nuevos timoneles serán dos pesos pesados de la casa:
- Gustav Söderström, cerebro detrás de la innovación tecnológica de la plataforma.
- Alex Norström, artífice de los acuerdos clave con la industria musical.
Lo interesante: este
modelo de co-CEOs no es nuevo en
Spotify. Desde 2023, ambos ejecutivos ya tomaban decisiones operativas bajo la supervisión de Ek.
"Solo estamos ajustando los títulos a la realidad", explicó el fundador en un comunicado que buscaba calmar a los mercados tras una caída del 3% en acciones.
Entre líneas, el movimiento revela la apuesta de Spotify por:
- Consolidar su dominio en mercados emergentes (solo el 45% de Asia y África consume streaming regularmente).
- Acelerar su ventaja en inteligencia artificial, campo donde compite directamente con Apple y Amazon.
Con 700 millones de usuarios y una biblioteca que supera los 100 millones de canciones, la plataforma enfrenta ahora su prueba más delicada: renovarse sin perder el ADN que la hizo revolucionaria. Ek lo sabe. Por eso insiste en que su nuevo rol le permitirá
"mirar más allá del trimestre", especialmente en negociaciones con gobiernos y socios estratégicos.
Mientras los analistas discuten si esta es una jugada maestra o un riesgo innecesario, los datos hablan: las acciones de Spotify han duplicado su valor en 12 meses. Aunque hoy algunos inversionistas fruncieron el ceño, la historia sugiere que cuando Ek hace un movimiento, suele haber método detrás.
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