Justo es precisar que HR Ratings basa sus calificaciones y opiniones en información obtenida de fuentes que son consideradas como precisas y confiables, lo que nos da una idea de la valoración que es preciso dar a sus resultados.
Al analizar con detenimiento la información que la responsable del tesoro municipal dio al colega Eliazar Álvarez, el pasado fin de semana nos lleva a precisar que palabras más palabras menos el Gobierno de la ciudad eleva sus niveles de confiabilidad de manera directamente proporcional al rango de respuesta a su capacidad de pago. Puesto desde esa perspectiva nadie mejor que el alcalde Juan Francisco Gim Nogales, para valorar que su Tesorera, ha cumplido de manera puntual mes tras mes en los pagos de una deuda heredada y nunca ha incurrido en default, lo que aplica elevar su calificación.
En una escala de letras, incomprensible para los que poco de esto entendemos, recordemos en 2021 estaba en HR-BB, luego pasa a HR-B+, luego pasa a HR-BBB- y ahora está en HR-BBB, con la especificación que faltan dos niveles más todavía por calificar. En ese rango de confiabilidad que se ha ganado a pulso la Tesorera en la calificación de HR Ratings, restaría que en los próximos tres años siga avanzando al alza y alcance la siguiente escala que es HR A, HR AA y HR AAA, esta última ya en el grado de excelencia. Tampoco está para meterse más allá de lo imaginable, pero está para creer que Julia, se asesora debidamente de las habilidades de economista de Carlos Francisco Huerta Rivera, atendiendo la instrucción del trabajo de equipo recomendado por el ingeniero.
Las innovaciones aplicadas en materia contable le han redituado excelentes dividendos a la Tesorera municipal, son perfectamente detectables en las prácticas de Carlos, en lo exitoso que ha sido para robustecer sus resultados en el FOPIN, confirmado el trabajo de equipo. Haber ganado un punto más en la calificación pareciera poco, pero quien de esto entiende el universo se torna favorable si se aplica no descartar el concepto de abonar directamente a la deuda heredada, que en automático brincaría al rango inmediato de su elevación constante y que sería el mayor indicador de un manejo óptimo de la deuda heredada.