SAN FRANCISCO
Los Gigantes desfilan luego de ganar la Serie Mundial.
Numerosos aficionados alborozados atestaron las calles de San Francisco el miércoles para celebrar bajo una lluvia de confeti a los Gigantes por su título de la Serie Mundial, en un festejo que justo en la Noche de Brujas fue más agradable por ser una repetición de la hazaña de 2010.
Decenas de miles de personas que acudieron con los colores rojo y naranja del equipo se acomodaron como pudieron. Algunos detrás de gruesas vallas de personas, otros en árboles, unos más sobre marquesinas y hasta hubo quienes acamparon toda la noche para ver a sus peloteros favoritos en vehículos descapotados y escuchar a Tony Bennett interpretar “I Left My Heart in San Francisco” (Dejé mi corazón en San Francisco).
El manager de los Gigantes, Brice Bochy, quien mostraba el trofeo de la Serie Mundial en el asiento trasero de un Rolls Royce dorado durante la parada de 2,4 kilómetros (milla y media) por la principal calle comercial de la ciudad, encomió el apoyo incondicional de aficionados y jugadores que le permitieron a San Francisco conseguir su segunda victoria de la Serie Mundial en tres años, algo impensable para una organización que no había ganado un título semejante desde 1954.
“En 2010, caracterizamos al club como unos inadaptados que se enderezaron y lo consiguieron”, dijo Bochy a la bulliciosa multitud congregada en la Center Civic Plaza. Afirmó que el lema de los Gigantes de 2012 fue “nunca digas muertos”, en referencia a la remontada del equipo para dominar en la postemporada.
“Les agradezco que siempre estén allí, por nunca rendirse”, señaló. “Gracias por aparecer dondequiera que estamos y por hacer a éste como uno de los momentos más grandes de mi vida”.
El Jugador Más Valioso de la Serie Mundial, el venezolano Pablo Sandoval, que empalmó tres jonrones en sus tres primeros turnos en el primer partido, y el segunda base Marco Scutaro, quien también es de Venezuela y remolcó la carrera que consiguió el título, hablaron a los presentes en español.
“Este es el segundo, pero va a haber mucho más”, dijo Sandoval, al expresar un agradecimiento especial a la comunidad latina del Area de la Bahía. “Deben disfrutar esto y sentir esto en sus corazones”.
Casandra Buenrostro, de 25 años, llegó a la plaza a las cinco de la mañana con tal de obtener fotografías de Sandoval, y las consiguió.
“Me hizo llorar”, dijo Buenrostro. “Es una inspiración”.
Horas antes, varias nubes de confeti negro, naranja y blanco salieron disparadas de cañones colocados en techos y sobre la calle flanqueada por rascacielos. El confeti llovió sobre los espectadores y los participantes del desfile, que incluyeron a destacados alumnos de los Gigantes como Willie Mays, Willie McCovery y Juan Marichal, así como políticos incluyendo la presidenta de la minoría en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
El relevista estelar Sergio causó frenesí entre los presentes cuando descendió del automóvil descapotado en que viajaba y compartió con los aficionados. Romo llevaba una camiseta con la leyenda “I just look illegal” (Solamente parezco indocumentado).
Al igual que en el desfile de 2010, esta edición atrajo desde niños que faltaron a la escuela hasta parejas mayores que han sido fanáticos de los Gigantes desde que el equipo se mudó de Nueva York a San Francisco en 1958.