NUEVA YORK, ny
Tras las críticas de Blatter, arranca una nueva campaña.
El fútbol en Estados Unidos sigue sin tener una liga profesional “fuerte”, que sea “universalmente conocida” en el país y la MLS se ha demorado mucho en su crecimiento, opinó el presidente de la FIFA en una entrevista a comienzos de año con el canal panárabe Al Jazira.
“Tuvimos el Mundial 1994 allí y pensaba que sólo era cuestión de tiempo”, añadió Blatter. “Ya han transcurrido 18 años, pero aún están luchando”.
Los dardos lanzados por Blatter tuvieron eco en la MLS, cuyos jerarcas respondieron con diplomacia. Expresando sorpresa, el comisionado Don Garber le invitó a que presenciara partidos para que se empapara de primera mano del crecimiento y garantizó que entonces quedará impresionado.
La MLS suele recitar datos con los que busca demostrar que su progreso es firme.
Sus 19 equipos, cuando tenía 12 en 2006. Que 13 de los mismos disputan sus partidos en estadios específicamente construidos para fútbol. Que el promedio de concurrencia de 18.807 aficionados en 2012 le situó en el séptimo lugar de asistencia en el mundo. Hay ciudades como Seattle y Portland donde sus equipos arrastran multitudes y generan pasión.
Pero la otra cara de la moneda muestra una realidad menos favorable. Los índices de teleaudiencia son flojísimos. Hay otros equipos que pasan totalmente inadvertidos en sus ciudades, como ocurre con el Revolution en Boston o el FC Dallas. Su torneo se disputa entre los meses de marzo y noviembre, en vez de los tradicionales agosto-abril como se hace en el resto del mundo.
Aún no surge un futbolista que sea considerado como un ídolo y referente de la liga. Algo así como un Kobe Bryant de la MLS.
Y no es bueno que promesas como el atacante Brek Shea se marchen para jugar en la Liga Premier inglesa.
La MLS comienza una nueva temporada este fin de semana y no por nada sus jerarcas habla de un plan estratégico para que la liga se cuele en la élite mundial dentro de lo próxima década.