FUKUOKA, Jap
Cuba y Japón apuntan para llevarse el Grupo A, inicia esta noche.
Japón y Cuba, los finalistas del primer Clásico Mundial de Beisbol, son los amplios favoritos en el Grupo A que pone en marcha el sábado la tercera edición del torneo.
Cuba, que después de ser subcampeón en 2006 cayó al quinto puesto en 2009, busca su primer título internacional en ocho años, y tiene que lidiar con la ausencia de figuras que desertaron en años recientes como el pitcher Aroldis Chapman y el toletero Yoenis Céspedes.
Cuba arranca el domingo contra Brasil, un debutante en el Clásico Mundial tras superar a Panamá y Colombia en una eliminatoria regional el año pasado. El grupo se pone en marcha el sábado con el partido entre Japón y Brasil.
“Ganar aquí (en Japón) y en San Francisco, Estados Unidos. A eso vinimos, no a otra cosa”, afirmó el manager Víctor Mesa, en declaraciones el viernes al diario oficial Granma.
Mesa anunció al derecho Ismel Jiménez como abridor frente a Brasil.
“Aquí hay una sola figura clave, los 28 peloteros que saldremos al terreno” manifestó Jiménez, lanzador que se caracteriza por el control, un slider endemoniado y una recta pegada muy difícil de batear pero con velocidad de sólo 88 a 90 millas.
En esta primera etapa del torneo habrá 65 lanzamientos como límite, por eso Jiménez recalcó que “ hay que abrir con strike, el más mínimo descontrol frustra la tarea”.
José Elosegui, responsable de los lanzadores en los dos primeros Clásicos, señaló que el pitcheo de la isla tiene buena combinación de “experiencia con potencia”. Según el experimentado preparador, Danny Betancourt será relevo intermedio en tanto el cerrador será Vladimir García, quien tira una recta de hasta 95 millas por hora.
Japón tampoco contará con figuras como Ichiro Suzuki y Yu Darvish y anunció un plantel que está formado exclusivamente por jugadores de la liga nipona.
Suzuki, quien jugó con la selección que ganó el torneo en 2006 y 2009, decidió ausentarse de esta tercera edición. Poco después de la decisión de Suzuki, Darvish, Norichika Aoki y prácticamente el resto de los japoneses en las mayores le siguieron los pasos.