Nogales
Homenajean a ex miembros del club Rodrigo Borchardt y Gregorio Cibrián .
Este fin de semana el Club Norteño de caza, tiro A.C y pesca celebró su aniversario 50 y con eso arrancó la temporada, ahí se reconoció a dos ex miembros del club con un minuto de silencio y se hizo el disparo y se recordó a sus amigos con aplausos.
Los ex miembros que más de veimnete años estuvieron al frente del club se le reconoció con una placa de reconocimientos en manos de sus familiares, al priofesor Rodrigo Borchardt Luna y Gregorio Cibrían Castillón.
Quienes fueron miembros vitalicios de este club y dejaron de existir el pasado 2012 por motivos de salud. Por tanto, compañeros, familiares y amigos se dieron cita para recordarlos en este homenaje.
El último deseo de Don Gregorio Cibrián, fue que sus cenizas se esparcieran en el campo de tiro donde por tantos años desarrolló su afición.
Nació en Aconchi, Sonora, siendo el segundo de cuatro hermanos. Creció al lado de sus padres en este fastuoso pueblo del Río Sonora y posteriormente cambió su residencia a la capital del estado para estudiar en la escuela Normal Superior, iniciando su servicio como docente a los diecisiete años en el poblado Sahuaral, situado en el municipio de Etchojoa, Sonora.
Llegó a la heroica Nogales alrededor de 1964, impartió clases en las escuelas primarias Enrique Quijada, Jesús García Corona y finalmente en la escuela primaria Benito Juárez, hasta su jubilación en 1989. Su desempeño como educador fue reconocido por compañeros, padres y alumnos de las diferentes instituciones; compromiso, sencillez y honestidad fueron valores con los que llevó a cabo el ejercicio de esta noble profesión.
Conocido entre sus amigos como “el profe”, mantuvo un especial apego a la práctica de la cacería y el tiro al blanco. La inquietud por formalizar su afición lo lleva en 1980 a ingresar al Club Lobos de Nogales, Tiro, Caza y Pesca, donde destacó como campeón durante torneos ordinarios y competencias anuales.
En 1985 se convirtió en miembro del Club Norteño de Caza, Tiro y Pesca, A.C. de Nogales. Como elemento activo, mantuvo siempre interés por la integración y mejora constante del equipo de aficionados a la cacería y el tiro al blanco. Se mantuvo como campeón de torneos dominicales y su participación fue sobresaliente en el tradicional evento del cazador durante varios años continuos.
Participó en la invernal temporada cinegética por más de veinticinco años. Este ejercicio consiste en la búsqueda del venado cola blanca, venado bura y jabalí a largas caminatas, con binoculares o a simple a vista en los ranchos de la región que cuentan con permiso y legalidad para la cacería de dichas especies. Recibió en varias temporadas el trofeo al primer lugar por la calidad de la presa cazada.
Su activa participación y desempeño, lo llevaron a ser presidente reelecto del Club Norteño por tres años continuos a partir de 1990. Durante su gestión logró que el club contara con el mayor número de miembros activos, quienes se reúnen el último jueves de cada mes, y domingo a domingo para llevar a cabo amenas competencias que finalizan en placenteras reuniones familiares. Cabe destacar que “El profe” colaboró siempre gustoso en la organización de paseos campestres y campamentos que fomentaban el compañerismo y la convivencia.
En esa misma década se logró edificar la Casa Club que lleva el nombre del Profr. Rodrigo Borchardt Luna, en honor y reconocimiento a su incansable labor como digno representante de un numeroso grupo de amigos y compañeros deportistas. Más adelante se convirtió en miembro vitalicio y permaneció activo hasta que su salud se lo permitiera.
La docencia y el tiro al blanco no fueron las únicas actividades que “el profe” llevó a cabo con entusiasmo. Siempre fue un hombre dinámico, emprendedor y un gran padre. En 1985 establece una fábrica de piñatas llamada “La estrella” que elaboraba los productos de manera artesanal para exportarse a las dulcerías del vecino país. En dicha actividad participaban todos los miembros de la familia; semana a semana se producían personajes de moda y tradición que complementaron los festejos de cientos de familias durante casi diez años.
Otra de sus actividades las realizó en su propio taller en casa llamado “Los Virreyes”, donde prestaba servicios de refrigeración y reparación de lavadoras durante las tardes o los fines de semana.
Personaje de espíritu emprendedor, comprometido a ayudar y servir, visionario, deportista, alegre, cariñoso, leal, son algunas de las virtudes que Dios le dio y pudo compartir con quienes tuvieron el privilegio de tenerlo cerca.
Fue el 25 de noviembre de 2012, que una insuficiencia cardiaca terminara con su vida. Le sobreviven, su esposa, siete hijos, trece nietos. Hombre que no deja de existir mientras haya dejado tras él una huella.