Cards dan marcha atrás
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El Diario de SonoraLos Cardenales de Arizona confiaban tanto en la capacidad deportiva de Kyler Murray que se sintieron cómodos firmando con el quarterback un contrato por casi 250 millones de dólares.
El equipo anunció el jueves que ha retirado un apéndice en el contrato de Murray, por cinco años y 230,5 millones. Ese añadido ordenaba que el mariscal
de campo realizara al menos cuatro horas de “estudio independiente” durante las semanas en las que había partido.
“Luego de ver la distracción que esto creó, retiramos el apéndice del contrato”, indicó el equipo el jueves mediante un comunicado. “Es claro que esto se percibió de modos que nunca fueron nuestra intención. Nuestra confianza en Kyler Murray es tan alta como siempre, y nada demuestra más nuestra creencia en su capacidad de liderar a este equipo que el compromiso reflejado en su contrato”.
El jueves por la mañana, Murray irrumpió por la puerta de los vestuarios, avanzó al estrado para una improvisada conferencia de prensa y declaró que jamás había tomado un “atajo” para el éxito durante su carrera en el fútbol americano, sin importar las provisiones que los Cardenales hubieran incluido en su nuevo contrato.
Murray está acostumbrado a las críticas sobre su juego. Está dispuesto a aceptar que se le cuestione un mal pase, una decisión errónea, una mala expresión corporal o incluso su estatura de 1,77 metros (5 pies y 10 pulgadas).
Pero no su ética de trabajo.
“Pensar que podría lograr todo lo que he logrado en mi carrera sin ser un estudiante del juego y sin tener esa pasión ni tomar esto en serio es una falta de respeto y casi una broma”, declaró Murray. “Honestamente, me siento halagado de que todos piensen que con mi tamaño puedo salir y no prepararme para el juego y no tomarlo en serio”.
Murray realmente no tuvo una respuesta clara.
“Si quieres hablar de fútbol americano, hablaremos de fútbol americano”, replicó.
Murray — y el equipo — han soportado muchas críticas y bromas en los últimos días. Los aficionados y los expertos se han preguntado por qué los Cardenales gastarían casi 250 millones de dólares en un quarterback si hay dudas sobre sus hábitos de estudio.
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