Natalie se encontraba en el famoso castillo de Neuschwanstein, un destino turístico que atrae a millones de visitantes cada año. La joven, en busca de la mejor toma para un selfie, se acercó demasiado al borde de la montaña Tegelberg. Un descuido, un resbalón y un descenso de 80 metros, según el Daily Mail, fue la secuencia trágica que marcó su destino.
Tras el accidente, Natalie fue trasladada de emergencia a un hospital en Baviera, donde luchó por su vida durante seis días. Lamentablemente, las lesiones cerebrales que sufrió fueron irreversibles, por lo que su familia tomó la decisión de retirar el soporte vital el 21 de agosto.“Natalie se situó muy cerca del borde de la montaña para obtener el mejor plano de la imagen del castillo cuando resbaló y se precipitó ladera abajo”, informó el medio británico citando a una amiga de la fallecida.
El impacto de su partida ha resonado en el mundo deportivo. El club de gimnasia Sokol Pribram, donde Natalie se entrenó, lamentó la pérdida de una joven tan talentosa. “Recordamos a Natalie como una persona que repartió sonrisas a lo largo de su corta vida”, se lee en el comunicado del club.
Su madre, a través de sus redes sociales, describió a Natalie como "una persona increíble" y expresó el orgullo que sentía por ella. "Natalie tuvo un impacto positivo en nuestras vidas y la de sus hermanos, y su pérdida deja un vacío inmenso", escribió, según recogió La Vanguardia.
La joven promesa del deporte checo deja un legado de talento, pasión y sonrisas, que perdurarán en la memoria de quienes la conocieron y admiraron.