Aunque la NFL busca expandir su alcance internacional, algunos jugadores de las Águilas no se muestran muy entusiastas con la idea de jugar en Sao Paulo.
El cornerback Darius Slay, en su podcast, expresó abiertamente que “no quiero ir a Brasil”, lo que causó revuelo y lo obligó a disculparse posteriormente. El wide receiver DeVonta Smith, por su parte, prefirió el silencio, simplemente respondiendo “sin comentarios” cuando se le cuestionó sobre el partido.
Las preocupaciones de seguridad no son un tema menor. Eric Stokes, cornerback de los Empacadores, recibió la instrucción de “no salir del hotel” durante su estadía en Brasil. A.J. Brown, wide receiver de las Águilas, recibió un mensaje similar, describiendo las precauciones como un largo listado de "cosas que no se deben hacer".
Sin embargo, no solo es la seguridad lo que preocupa. Las Águilas, pese a ser el equipo local designado en San Pablo, perderán la oportunidad de jugar frente a su fervorosa afición en Filadelfia.
Los Empacadores, por otro lado, esperan aprender de su experiencia previa jugando en Londres en 2021. Tras la derrota ante los Gigantes de Nueva York en el Tottenham Hotspur Stadium, Green Bay sufrió una racha negativa de cinco partidos consecutivos. LaFleur, entrenador de los Empacadores, había dejado claro en aquel entonces que no se sentía cómodo con la idea de jugar en Londres.
Esta vez, los Empacadores son optimistas y confían en que el viaje a Brasil no tendrá un impacto negativo en su desempeño. El hecho de no atravesar tantas zonas horarias les da esperanza. "Una vez que se enciendan las luces, todo lo demás se irá por la ventana", dijo Stokes.
La temporada pasada, ambos equipos tuvieron destinos opuestos. Los Empacadores buscan capitalizar el impulso que lograron al final de la temporada 2022, que los llevó a la ronda divisional de los playoffs de la NFC, con el equipo más joven de la liga.