Esta medida no solo es un golpe a la ciudad de St. Petersburg, que era la dueña del Tropicana Field, sino que también ha generado asombro entre los fanáticos del béisbol, sobre todo los aficionados a los Rays, ya que se jugarán sus partidos de local en el campo de entrenamiento primaveral de su principal rival en la división este de la Liga Americana. "Es, sin duda, la mejor oportunidad para que nuestros aficionados experimenten 81 juegos de béisbol de las Grandes Ligas de los Rays", dijo Stuart Sternberg, el principal propietario de los Rays, en una entrevista.
Aunque la decisión de los Rays pueda parecer inesperada, el comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, la considera un paso positivo para el deporte y la región de Tampa Bay. "Este resultado cumple con los objetivos de las Grandes Ligas de que los aficionados de los Rays vean a su equipo jugar la próxima temporada en su región y que sus jugadores puedan permanecer en casa sin interrupciones para sus familias", dijo Manfred en un comunicado de prensa.
Los Rays jugarán en un estadio más pequeño, al aire libre, con una fachada que imita la del Yankee Stadium en el Bronx y adornado con placas de jugadores de los Yankees cuyos números han sido retirados. La mudanza temporal también acarrea algunos desafíos por el clima caliente y lluvioso del verano de Florida, de los cuales los Rays no tenían que preocuparse en su estadio cubierto.
Los Yankees, por su parte, han recibido a los Rays con los brazos abiertos. "Estamos felices de extender nuestra mano a los Rays", dijo Hal Steinbrenner, ejecutivo de los Yankees, en un comunicado de prensa. "En momentos como estos, la rivalidad y la competencia pasan a un segundo plano frente a hacer lo correcto por nuestra comunidad, que es continuar ayudando a las familias y negocios a recuperarse de la devastación causada por los huracanes Helene y Milton", añadió.
Sin duda, el acuerdo entre los Rays y los Yankees, aunque momentáneo, ha abierto un nuevo capítulo en la historia del béisbol, un capítulo que no solo ha mostrado la capacidad de colaboración y apoyo entre rivales, sino también la capacidad de adaptación y resiliencia de un equipo ante la adversidad.