Estos lanzadores, quienes fueron seleccionados como los mejores relevistas de sus respectivas ligas, se llevaron el premio de manera unánime por parte de un panel de expertos que incluía a leyendas del béisbol. Pero la temporada no sólo fue de lanzadores; también se reconoció a Chris Sale, de los Bravos de Atlanta, y a Garrett Crochet, de los Medias Blancas de Chicago, como los mejores "Regresos del Año".
Sale, quien logró una impresionante triple corona de pitcheo en la Nacional, volvió a ser una figura fundamental en el campo, demostrando su capacidad para superar adversidades. La temporada fue un testimonio de su dedicación y talento. Por su parte, Crochet, un joven lanzador con un futuro prometedor, logró su regreso tras una operación de Tommy John, dejando claro que su nombre estará presente en los próximos años.
Más allá de los premios individuales, hubo otra categoría que llamó la atención: la de Mejor Bateador Designado. Shohei Ohtani, un jugador con un talento extraordinario, logró una hazaña única en el béisbol al ganar el premio por cuarto año consecutivo, convirtiéndose en uno de los pocos jugadores en la historia en lograrlo. Ohtani, quien también es un lanzador formidable, se ha consolidado como un talento excepcional, llevando a los Dodgers de Los Ángeles a un cierre de temporada lleno de emociones.