Rafael Nadal, quien ha sido un ícono del deporte durante más de dos décadas, se enfrentó al holandés Botic van de Zandschulp, en un partido que culminó con un marcador de 6-4, 6-4. Esta derrota no solo significó el final de su participación en el torneo, sino que también dejó entrever la posibilidad de un retiro inminente. Durante la ceremonia posterior al encuentro, el público, en un gesto conmovedor, coreó su nombre: “¡Raaafaaa!”. En ese instante, la pantalla del estadio proyectó los momentos más memorables de su carrera, mientras figuras legendarias del tenis y otros deportes enviaban mensajes de despedida.
Entre los mensajes de apoyo se encontraban nombres como Roger Federer, Novak Djokovic, Serena Williams, Conchita Martínez, Andy Murray, el exgolfista Sergio García y el futbolista David Beckham. Visiblemente emocionado, Nadal compartió con la multitud sus sentimientos: “Los títulos, los números están ahí, pero como quiero ser recordado es como una buena persona de un pequeño pueblo en Mallorca que ha tenido la suerte de seguir sus sueños”.
A sus 38 años, el tenista reflexionó sobre su trayectoria y el apoyo incondicional de su familia, enfatizando que su éxito se debe a las oportunidades que el tenis le brindó. Antes del partido, había expresado la necesidad de controlar sus emociones, con la esperanza de aportar un título a su país. Sin embargo, la realidad del retiro se hizo presente, y el peso de la despedida lo abrumó. “Ha sido un día emotivo, puede que sea mi último individual, así me he sentido”, confesó, reconociendo que el himno nacional resonando por última vez fue un momento especialmente significativo.
A pesar de la derrota, Nadal mantuvo su característico sentido del humor, reflexionando sobre su trayectoria en la Copa Davis. “Probablemente, ha sido mi último partido. Se cierra el círculo”, comentó, recordando que su primera derrota en este torneo también fue en su debut en 2004. Con su esposa e hijo presentes en las gradas, el campeón se despidió de un deporte que ha sido su vida, dejando un legado que perdurará en la memoria de los aficionados.