Damian Lillard y Giannis Antetokounmpo, dos nombres que resuenan con fuerza en el mundo del baloncesto, se alzaron juntos en la celebración. Antetokounmpo, con el trofeo de Jugador Más Valioso en mano, y Lillard, portando el galardón de la NBA Cup, simbolizaban un triunfo conjunto. Para Lillard, un jugador con un extenso currículum —“He tenido mucha experiencia individual donde he logrado cosas,”— este triunfo representaba algo más que un simple trofeo.
Los Milwaukee Bucks, con un entrenador campeón como Doc Rivers a la cabeza, y un núcleo sólido que incluye a Khris Middleton, Brook López, Bobby Portis y Pat Connaughton, han encontrado en Lillard el complemento perfecto. Un comienzo titubeante (1-6 y 2-8) que, según insisten, nunca los desanimó. Su desempeño posterior, un impresionante 7-0 en la NBA Cup, es una prueba de ello. La victoria, según Rivers, “nos recuerda que podemos vencer a cualquiera,” aunque aclara que su enfoque se centra en el equipo, no en las opiniones externas.
El dúo Antetokounmpo-Lillard, sin duda, es el motor de este éxito. Con una media combinada de más de 58 puntos por partido, lideran la liga en anotación. En la final de la NBA Cup, Antetokounmpo logró un triple-doble (26 puntos, 19 rebotes y 10 asistencias), mientras que Lillard aportó 23 puntos. Un espectáculo de talento que eclipsa las estadísticas individuales.
La llegada de Lillard a Milwaukee, tras 11 años en Portland, no fue una fusión inmediata. El primer año, “la gente quería juntarme con Giannis y pensar que iba a ser perfecto de inmediato,” reflexionó Lillard. Pero el tiempo, según el base, ha sido fundamental: “Solo se requirió tiempo para que nos conociéramos mejor como personas.” Este segundo año refleja un progreso significativo, con Lillard promediando 24,3 puntos y 7 asistencias por partido. Una cifra que para muchos es un sueño inalcanzable, pero que para él representa un regreso a su mejor nivel tras un año de adaptación.
El camino por delante no es fácil. Equipos como Cleveland y Boston, líderes en la Conferencia Este, plantean desafíos de envergadura. Sin embargo, la victoria en la NBA Cup se presenta como un valioso impulso para este equipo prometedor. “Estoy muy feliz por ‘Dame’, porque conseguimos nuestro primer trofeo juntos,” declaró Antetokounmpo, dejando claro que esta victoria es solo el comienzo de una nueva era para los Bucks. El futuro se presenta lleno de incertidumbre, pero también con una gran dosis de esperanza.