En el centro de esta encrucijada se encuentra Jalen Hurts, el quarterback de los Philadelphia Eagles. Su participación en el crucial partido contra los Dallas Cowboys este domingo pende de un hilo, debido a las secuelas de una conmoción cerebral sufrida la semana pasada ante los Washington Commanders. La decisión no es sencilla para el equipo, que lidera la división Este de la NFC con un cómodo margen.
“Nos sentimos bien con ese grupo,” afirmó el entrenador Nick Sirianni, refiriéndose a la profundidad de la plantilla de quarterbacks. Sin embargo, la situación se complica aún más por la lesión de costillas de Kenny Pickett, el quarterback suplente, quien resultó herido mientras cubría a Hurts. Esta lesión deja al joven Tanner McKee, reclutado en la sexta ronda del draft de 2023, como la tercera opción para dirigir el equipo ante los Cowboys. McKee, quien hasta ahora ha tenido una participación principalmente en las prácticas, podría tener su gran oportunidad en el escenario más importante de la temporada.
La incertidumbre en la posición de quarterback eclipsa incluso el intento de Saquon Barkley por romper el récord de yardas terrestres de Eric Dickerson. Barkley, líder de la liga con 1,838 yardas, necesita dos juegos extraordinarios para superar la marca histórica de Dickerson (2,105 yardas), un logro que lo colocaría entre los nueve jugadores de la NFL con más de 2,000 yardas en una temporada. Sus posibilidades de éxito no son una tarea fácil, especialmente considerando su desempeño en el primer partido contra Dallas donde solo acumuló 66 yardas terrestres.
Los Eagles, con un récord de 12-3, parecen asegurar su lugar en los playoffs, independientemente de quien sea el quarterback titular. A pesar de la ventaja, el equipo se encuentra ante un dilema: arriesgar a su jugador franquicia, Hurts, a una posible lesión mayor o priorizar su recuperación a largo plazo, incluso si eso significa un resultado incierto en el partido contra Dallas. Esta decisión, que se espera sea tomada con cautela, refleja la complejidad de equilibrar las ambiciones del presente con las del futuro a largo plazo.
La profundidad del equipo en la posición de quarterback, a pesar de las lesiones, se presenta como una fortaleza inesperada para los Eagles. El desempeño de Pickett en su última participación, con 14 de 24 pases completos, un touchdown y una intercepción, ofrece un rayo de esperanza, aunque la experiencia de McKee en juegos reales será la prueba final.