Si bien el mariscal de campo estrella, Aaron Rodgers, aseguró el martes que su “pequeño problema del ligamento medio cruzado” en la rodilla no le impedirá jugar (y entrenó sin restricciones), la situación es más compleja para otros integrantes del equipo. La ausencia de Davante Adams, receptor estelar, en el entrenamiento del jueves, debido a una lesión de cadera, enciende las alarmas. Su participación en el juego del domingo en Buffalo pende de un hilo.
Adams, quien llegó a los Jets procedente de Las Vegas en octubre, ha sido pieza fundamental en la ofensiva. Con 56 recepciones para 719 yardas y seis touchdowns en nueve juegos, se encuentra a solo 72 yardas de lograr su quinta temporada consecutiva con al menos 1.000 yardas. Su conexión con Rodgers es legendaria; ambos se ubican en el tercer lugar histórico de conexiones de touchdown (82, incluyendo playoffs), empatados con la dupla Marino-Clayton de Miami. La posibilidad de que Adams no esté al 100% para el juego del domingo representa una seria amenaza para la estrategia ofensiva de los Jets.
Pero Adams no es el único con problemas físicos. El esquinero Sauce Gardner (muslo), el tackle derecho Morgan Moses (rodilla) y el guard derecho Alijah Vera-Tucker (tobillo) también se perdieron el entrenamiento completo del jueves. Gardner, quien se perdió la segunda mitad del encuentro contra los Rams, podría repetir ausencia. La situación de Moses y Vera-Tucker es diferente; han estado jugando a pesar de sus dolencias en las últimas semanas. No obstante, su condición actual resulta preocupante.
La lista de lesionados no termina ahí. Quinnen Williams (músculo), John Simpson (pantorrilla), Haason Reddick (cuello), Tony Adams (tobillo), Michael Carter II (espalda), y el novato Braiden McGregor (tobillo) también presentaron limitaciones en el entrenamiento del jueves. El panorama, en resumen, es complejo y lleno de incógnitas para el cuerpo técnico de los Jets antes de su vital encuentro dominical.
La incertidumbre reina en torno a la alineación titular de los Jets para el juego contra los Bills. El equipo deberá evaluar cuidadosamente la situación de cada jugador en los próximos días para determinar su disponibilidad y definir la estrategia a implementar en el campo.