Hablamos de una remontada impresionante, una actuación individual que quedará grabada en la memoria, y un giro inesperado en la lucha por los playoffs.
En el centro de la escena, Baker Mayfield, quien con una actuación magistral lideró a los Buccaneers de Tampa Bay a una victoria contundente sobre los Panthers de Carolina con un marcador final de 48-14. Su desempeño fue simplemente excepcional: 359 yardas y cinco touchdowns, una demostración de precisión y potencia que dejó sin aliento a propios y extraños. Este triunfo catapultó a los Buccaneers al primer lugar de la división Sur de la NFC (9-7), a medio juego de ventaja sobre los Falcons de Atlanta.
Pero la historia no termina ahí. La victoria no fue obra de un solo hombre. Mike Evans brilló con dos touchdowns, mientras que Jalen McMillan contribuyó con anotaciones de 10 y 16 yardas, demostrando la potencia ofensiva del equipo. Además, la excelente labor de J.J. Russell, con una devolución de patada de despeje bloqueada para touchdown, y la destacada actuación de Bucky Irving, quien superó las 1,000 yardas en la temporada (1,033) con 120 yardas terrestres y 77 yardas por recepción, fueron claves para la victoria aplastante.
"Mayfield lanzó pases de anotación de dos y una yardas a Mike Evans, y Tampa Bay produjo puntos en cinco posesiones ofensivas consecutivas de la primera mitad para construir una ventaja de 27-7", reportó la agencia AP. Irving, por su parte, se ha consolidado como una figura clave, a pesar de su rol como suplente, demostrando su valía con un desempeño consistente a lo largo de la temporada. Su anterior destacada actuación contra Carolina, el 1 de diciembre, donde corrió para 152 yardas y un touchdown, preludiaba su gran momento.
La victoria deja a los Buccaneers en una posición privilegiada, aunque no definitiva. Atlanta, con ventaja en el desempate, aún tiene la posibilidad de arrebatarles el título divisional. El desenlace dependerá de los resultados de sus próximos partidos: un juego contra los Commanders y otro contra los mismos Panthers. Para Mayfield, este triunfo representa su cuarta victoria consecutiva contra Carolina desde que lo dejaron libre de su ex equipo hace dos años; un dato que añade un toque de dulce revancha a su impecable actuación.
El partido dejó una marca imborrable, una exhibición de talento y estrategia que seguramente será analizada y recordada por mucho tiempo. Una batalla por la cima de la división que está lejos de terminar, con un futuro incierto que mantiene la tensión al máximo.