El protagonismo indiscutible lo tuvo Baker Mayfield, quien lideró a los Buccaneers de Tampa Bay a una victoria crucial contra los Saints de Nueva Orleans con un marcador final de 27-19. Su actuación fue excepcional, una combinación perfecta de precisión en los pases y agilidad en las carreras.
Mayfield no solo conectó un pase de touchdown de 32 yardas con Jalen McMillan, la anotación clave del partido, sino que también demostró su valentía al correr 28 yardas en una crucial tercera y 14, asegurando un primer down que pavimentó el camino hacia la victoria. "Fue una jugada arriesgada, pero confiaba en mi capacidad para avanzar y lo logramos", comentó Mayfield después del juego, según fuentes cercanas al equipo.
Pero la noche no solo brilló por la actuación de Mayfield. Mike Evans logró un hito histórico: superó las 1,000 yardas recibidas por undécima temporada consecutiva, igualando a la leyenda Jerry Rice como el máximo de la NFL. Este logro se concretó con una recepción de 9 yardas en la jugada final del partido, desatando una celebración que retrata el esfuerzo y la dedicación de este jugador excepcional. La última anotación del partido fue un acarreo de 11 yardas por Bucky Irving, después de una hábil jugada de Mayfield.
La victoria asegura a los Buccaneers su cuarto título consecutivo de la NFC Sur. Sin embargo, su posición en los playoffs aún está por definirse. Dependerá del resultado del partido entre los Rams y los Seahawks: si los Rams pierden, los Buccaneers serán la tercera cabeza de serie de la NFC; de lo contrario, ocuparán la cuarta posición.
Por otro lado, los Saints (5-12), con un Spencer Rattler que lanzó para 240 yardas y un touchdown, se despiden de la temporada con la amargura de una derrota que confirma su eliminación de la contienda por el título. El desempeño de Rattler, a pesar de la derrota, fue digno de mención; sin embargo, la superioridad de Mayfield y el equipo de Tampa Bay se hizo presente en los momentos cruciales del encuentro.
Mayfield finalizó el partido con 212 yardas y dos touchdowns por pase, además de un máximo personal de 68 yardas por tierra, demostrando la versatilidad que lo consolida como un jugador fundamental para el futuro de los Buccaneers.