La atmósfera estaba cargada de expectativa, una mezcla de nerviosismo y esperanza que solo un enfrentamiento decisivo puede generar.
Pero el foco principal no estuvo en los quarterbacks estelares, Jared Goff y Sam Darnold, quienes, para sorpresa de muchos, tuvieron un rendimiento por debajo de lo esperado. Las miradas se dirigieron a otro jugador: Jahmyr Gibbs, el corredor de los Lions de Detroit, quien se convirtió en el héroe inesperado de la jornada.
Gibbs, con una actuación memorable, igualó el récord de la franquicia al anotar tres de sus cuatro touchdowns en la segunda mitad. Sus 23 acarreos para 139 yardas, culminando en tres touchdowns terrestres, y sus 5 recepciones para 31 yardas adicionales con otra anotación, fueron la clave del triunfo. “¡Todos tienen que pasar por aquí, bebé!”, exclamó un eufórico Za’Darius Smith, ala defensiva de los Lions, ante la euforia de la multitud tras la victoria.
La victoria de los Lions (15-2) sobre los Vikings (14-3) por un contundente 31-0 no solo les aseguró su segundo título consecutivo de la NFC Norte, sino también la primera posición de la Conferencia Nacional. Este resultado significó que por tercera vez en más de tres décadas, el primer sembrado de la liga se decidió en la última jornada de la temporada regular. Un dato que evoca el recuerdo del triunfo de los Dallas Cowboys en 1993 contra los New York Giants, un partido con tiempo extra que les dio el primer lugar y que finalmente culminó en la victoria del Super Bowl. Una historia que los Lions (que buscan su primera aparición en el Super Bowl y romper una sequía de campeonatos desde 1957) esperan repetir desesperadamente.
El partido, esperado como un duelo entre quarterbacks de Pro Bowl, se convirtió en un escaparate de la habilidad de Gibbs y la falta de precisión de Goff, quien lanzó dos intercepciones. Por su parte, Darnold tuvo una de sus peores actuaciones de la temporada, completando solo el 44% de sus pases (18 de 41) y conectando con Justin Jefferson solo tres veces en nueve intentos. Los Vikings, por otro lado, sufrieron las consecuencias de las pérdidas de balón, que se tradujeron en goles de campo para Detroit en el segundo y tercer cuarto.
La semana que viene se presenta crucial para ambos equipos. Los Lions tendrán una merecida semana de descanso para recuperarse de las lesiones mientras que los Vikings enfrentarán a los Rams, campeones de la NFC Oeste, el próximo lunes por la noche. El futuro, lleno de incertidumbre y grandes expectativas, ya se encuentra a la vuelta de la esquina.