Para afinar la puntería y evaluar el desempeño de jugadores de la Liga MX, el Tricolor sostendrá dos partidos amistosos cruciales en Sudamérica. La Federación Mexicana de Fútbol ha confirmado la noticia: el primer encuentro será el 15 de enero contra el Inter de Porto Alegre en Brasil, seguido por un enfrentamiento el 21 de enero contra el River Plate en el mítico estadio Monumental de Buenos Aires.
Esta decisión, no exenta de complejidad, se debe a que "queremos ver cómo se comportan algunos jugadores en entornos más complicados", según palabras del mismo Javier Aguirre, director técnico de la selección. Estos encuentros, fuera de la ventana FIFA, implican la imposibilidad de convocar a jugadores que militan en ligas extranjeras, limitando la selección a futbolistas de la liga mexicana.
Sin embargo, la disponibilidad total de jugadores locales no está garantizada. Santiago Baños, presidente del América, ha declarado públicamente a ESPN que "no cederá a ningún jugador del América", debido al reciente tricampeonato y al periodo vacacional de sus jugadores. Esta situación añade un nuevo reto logístico al cuerpo técnico, obligándolo a replantear las estrategias de convocatoria.
Más allá de estos amistosos, el horizonte competitivo de México se extiende a marzo de 2025, cuando se enfrentará a Canadá en las semifinales de la Liga de Naciones de la Concacaf. Este encuentro marcará el inicio de la participación oficial mexicana en un año crucial, a un año y medio del Mundial que co-organizará con Estados Unidos y Canadá.
La preparación del equipo mexicano se presenta como un rompecabezas estratégico, que requerirá de ajustes constantes y la toma de decisiones acertadas para superar los desafíos que se presenten en el camino.