A veces, detrás de la euforia, se esconden giros inesperados que modifican el curso de las cosas.
El joven defensa central, Ramón Juárez, de apenas 23 años, brilló con luz propia en la victoria del Tricolor contra el Internacional de Porto Alegre. Su debut con la selección absoluta fue un éxito: 54 minutos en cancha, parte fundamental de la victoria por 2-0. Una actuación que prometía mucho para el futuro inmediato.
Sin embargo, la noticia que llegó el viernes desde la dirección de selecciones nacionales fue sorpresiva: Juárez abandonó la concentración del equipo. La razón de su salida no fue divulgada. No hubo explicaciones oficiales ni anuncio de un reemplazo para el partido amistoso contra River Plate en Buenos Aires, programado para el próximo martes.
Su ascenso a la titularidad con el América fue meteórico. "Por lesiones de sus compañeros, Juárez se convirtió en titular en la pasada liguilla", y su contribución fue vital para el histórico tricampeonato de las Águilas, un logro sin precedentes desde la era de los torneos cortos en 1996. Un éxito que lo catapultó a la selección nacional.
Mientras tanto, los jugadores del América se preparan para un amistoso contra el Inter Miami en Estados Unidos, y un merecido festejo por el reciente título está programado para el domingo en las instalaciones del club. El enigma de la ausencia de Juárez en la concentración del Tri sigue sin respuesta oficial, dejando un sabor a misterio en el ambiente.
La participación del joven jugador en futuros encuentros con el combinado nacional, por el momento, queda en suspenso. Lo que sí es seguro es que la historia del futbol mexicano, una vez más, ha dado un giro inesperado.