Pero esta no es una historia solo de triunfos; es una saga de resiliencia, de cómo una temporada desastrosa se transformó en una épica carrera hacia el Super Bowl.
Tras una campaña de 2023 que empezó con un prometedor 10-1 para los Eagles, la temporada se desplomó de manera espectacular. Derrotas aplastantes ante San Francisco y Dallas, seguidas de un racha de 1-5, dejaron a los Eagles fuera de los playoffs en una decepcionante derrota contra Tampa Bay. El entrenador Nick Sirianni, a pesar de sus logros previos, se encontró en una situación crítica. La gerencia, liderada por el dueño Jeffrey Lurie y el gerente general Howie Roseman, tuvo que tomar decisiones cruciales.
La situación era delicada. “Por mal que nos sintiéramos por cómo terminó el año pasado, creo que te hace ser quien eres,” reflexionó Sirianni sobre la temporada anterior, una frase que resume la actitud de cambio y aprendizaje que adoptaron los Eagles. El despido de varios miembros del cuerpo técnico, incluyendo a los coordinadores ofensivo y defensivo, fue un paso necesario para reconstruir el equipo. Pero no solo fueron cambios en el staff; el equipo aprendió de sus errores y buscó reforzar sus debilidades.
En este proceso, la relación entre el quarterback Jalen Hurts y el entrenador Sirianni tomó un papel crucial. Se habló mucho sobre una supuesta tensión entre ambos tras la amarga derrota en playoffs. “Hemos pasado por mucho juntos, ¿verdad? Muchas victorias, algunos momentos difíciles,” comentó Sirianni, destacando la importancia de superar las adversidades para fortalecer la relación. Hurts, por su parte, ofreció un apoyo público a su entrenador, aunque en ocasiones de forma algo reticente.
La llegada de Kellen Moore como coordinador ofensivo y Vic Fangio como coordinador defensivo marcó un punto de inflexión. Moore, considerado uno de los candidatos más cotizados para entrenador en jefe en la NFL, introdujo nuevas estrategias que revitalizaron la ofensiva. Fangio, por su parte, transformó la defensa, colocándola como la número uno de la liga.
Pero el fichaje más impactante fue el de Saquon Barkley. Su llegada elevó el nivel del equipo a otro nivel. Con 2,005 yardas terrestres en la temporada regular, Barkley se convirtió en una amenaza constante, reavivando la ofensiva de una manera que no se veía desde los días de Donovan McNabb y Terrell Owens. Su desempeño ha sido comparado con leyendas como Terrell Davis y Eric Dickerson, resaltando la magnitud de su contribución al equipo.
Ahora, los Eagles, con una marca de 14 victorias en la temporada regular y tres más en playoffs, se encuentran a un paso del Super Bowl. La historia de su resurrección es un ejemplo de cómo la adversidad puede forjar un equipo más fuerte y determinado. La revancha contra Kansas City está a la vuelta de la esquina.