Una palabra que evoca estrategias audaces y un talento capaz de reinventar la forma de atacar.
En medio de este revuelo, los Las Vegas Raiders han dado un golpe de efecto. Se trata de la llegada de Chip Kelly como nuevo coordinador ofensivo. La noticia, confirmada por fuentes cercanas al equipo que hablaron bajo condición de anonimato, representa una apuesta significativa para un equipo que busca redimirse de una temporada pasada plagada de inconsistencias.
Esta decisión, la segunda clave para el nuevo entrenador en jefe, Pete Carroll (quien también retuvo a Patrick Graham como coordinador defensivo), apunta a reconstruir una ofensiva que el año pasado se situó entre las peores de la liga, con apenas 303.2 yardas por partido y un desastroso promedio de 79.8 yardas por tierra. La tarea no es pequeña, especialmente considerando el panorama de la División Oeste de la AFC, donde se enfrentan a quarterbacks estelares como Patrick Mahomes, Justin Herbert y Bo Nix, todos ellos líderes de equipos que llegaron a los playoffs.
Las necesidades de los Raiders son claras. La salida de corredores clave como Josh Jacobs, quien firmó con los Packers de Green Bay, y la transferencia de Davante Adams a los Jets de Nueva York durante la temporada pasada, dejaron un vacío considerable en el equipo. Sin embargo, no todo es sombrío. Hay destellos de talento, como el desempeño excepcional del ala cerrada novato Brock Bowers, la primera temporada de 1,000 yardas recibidas de Jakobi Meyers, y el sólido desempeño de los linieros ofensivos novatos Jackson Powers-Johnson y DJ Glaze, junto a Kolton Miller.
El perfil de Kelly es conocido: un innovador reconocido por su creatividad ofensiva. "Kelly se estableció como un genio creativo ofensivo como coordinador ofensivo de Oregon en 2007 y 2008". Su trayectoria, que incluye etapas en Oregon, UCLA, Filadelfia y San Francisco, es un compendio de éxitos y desafíos, pero siempre marcada por una impronta ofensiva distintiva. Su etapa en Oregon, con un récord de 46-7 y una ofensiva que promediaba más de 500 yardas por juego en sus últimos tres años, es un claro ejemplo de su capacidad.
Recientemente, Kelly dirigió la ofensiva de Ohio State, llevando a los Buckeyes a un campeonato nacional tras una destacada actuación en el College Football Playoff. Ahora, llega a la NFL con la misión de revitalizar un ataque necesitado de un cambio radical. El desafío es inmenso, pero la experiencia y la visión de Chip Kelly podrían ser la clave para el renacimiento ofensivo de los Raiders.