La lucha por los puestos altos en la Conferencia Este se intensificó, dejando a los aficionados con la respiración contenida hasta el último segundo.
Los Indiana Pacers, por ejemplo, ofrecieron una muestra de su potencial en un partido electrizante contra los Washington Wizards. La victoria, que llegó tras una remontada épica, no estuvo exenta de tensión y giros inesperados. El marcador final, 134-130 en tiempo extra, refleja la intensidad del encuentro. La clave del triunfo de Indiana residió en la excepcional actuación de Obi Toppin, quien registró una impresionante línea estadística de 31 puntos y 10 rebotes, liderando la remontada desde un déficit de 19 puntos.
"Fue una victoria crucial para nosotros antes del parón", podrían haber dicho los jugadores de Indiana, aunque no lo dijeron textualmente. La contribución de Bennedict Mathurin (28 puntos) y Tyrese Haliburton (20 puntos) fue fundamental para complementar el excelente juego de Toppin. Este triunfo coloca a los Pacers con un récord de 30-23, ubicándolos en el cuarto lugar de la Conferencia Este, una posición privilegiada antes del inicio de las vacaciones.
Por el lado de los Wizards, la derrota, aunque amarga, no empaña el brillante desempeño individual de Jordan Poole, quien a pesar del resultado adverso, aportó 42 puntos al equipo. Corey Kispert también contribuyó significativamente con 21 puntos. Sin embargo, la racha negativa de los Wizards, que se extiende ahora a 11 derrotas consecutivas en casa y cuatro en total, es un dato preocupante. La lesión de Malcolm Brogdon en el tercer cuarto, afectó significativamente el ritmo del juego de Washington, marcando un punto de inflexión crucial en el partido.
El último cuarto fue un despliegue de talento y estrategia, donde los Pacers superaron a los Wizards por un contundente 36-23, gracias en parte a los 11 puntos anotados por Mathurin en ese período. El triple decisivo de Toppin a 1:26 minutos del final del tiempo extra sentenció el partido, sellando la victoria de los Pacers y dejando a los Wizards con la amargura de la derrota.
El partido dejó un sabor agridulce para ambos equipos, con desempeños individuales sobresalientes pero también con lecciones aprendidas y aspectos a mejorar para la segunda mitad de la temporada.