¡Eagles: ¡Campeones! Filadelfia Explota en Fiesta Verde
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Un mar verde inundó las calles, un verde vibrante que teñía hasta el último rincón de la “Ciudad del Amor Fraternal”.
El motivo de tal efervescencia: la celebración del Super Bowl. Los Philadelphia Eagles, contra todo pronóstico, se alzaron con la victoria, y sus fanáticos estaban listos para gritarlo a los cuatro vientos. Jalen Hurts, el quarterback y MVP del Super Bowl, y Jeffrey Lurie, el dueño del equipo, encabezaron el desfile, portando con orgullo el Trofeo Vince Lombardi. La imagen, grabada en la memoria de miles, mostraba la culminación de un esfuerzo titánico.
La dedicación de los aficionados fue asombrosa. Muchos pasaron la noche a la intemperie, acurrucados bajo mantas y tiendas de campaña para asegurar el mejor lugar en el recorrido, que culminaría en los icónicos escalones de “Rocky” en el Museo de Arte de Filadelfia. La pasión se desbordaba: gente trepada a árboles, sobre escaleras, aferrándose a la estatua de Benjamin Franklin… todos ansiosos por vislumbrar a sus ídolos, incluyendo a Saquon Barkley y Cooper DeJean, figuras clave en la victoria.
“Este equipo es la encarnación de Filadelfia. Su ética de trabajo, cómo luchan por cada victoria… eso somos nosotros”, comentó Jordan Jaindl, quien viajó desde Binghamton, Nueva York, con su familia para presenciar la celebración, tras perderse el desfile de 2018. El ambiente era una mezcla de alegría, camaradería y, por supuesto, ingenio: carritos de supermercado repletos de provisiones, grupos asando un cerdo con el número “15” (una referencia al quarterback de Kansas City, Patrick Mahomes), y hoteles donde algunos aficionados celebraban con champaña.
La alcaldesa Cherelle Parker, quien en el pasado cometió un divertido error al pronunciar el nombre del equipo, se aseguró de corregirlo esta vez, proclamando a los Eagles como los “N-F-L-C-H-A-M-P-I-O-N-S.” Su mensaje, sin embargo, también incluyó una advertencia: un llamado a la prudencia y a la responsabilidad para evitar incidentes, recordando la tragedia ocurrida semanas atrás con un estudiante universitario tras la victoria en el Juego de Campeonato de la NFC. A pesar de las precauciones, incluyendo una fuerte presencia policial y el cierre de escuelas y dependencias gubernamentales, algunos aficionados desafiaron las recomendaciones de seguridad.
El desfile, un recorrido desde el sur de la ciudad hasta el Ayuntamiento y el Museo de Arte, se convirtió en una muestra inolvidable de la pasión futbolística de Filadelfia, una ciudad que vibró al ritmo de la victoria de sus Eagles, un triunfo que trascendió el deporte para convertirse en un símbolo de la perseverancia y el espíritu de lucha.