Polémica en el boxeo: fallo arbitral y tecnología en juego

El resultado de una pelea puede depender de detalles minúsculos, decisiones instantáneas y, en ocasiones, de imprevistos tecnológicos que alteran completamente el panorama.
En una pelea por el título de peso ligero celebrada recientemente, Gervonta Davis y Lamont Roach protagonizaron un combate que culminó con un empate mayoritario, generando una enorme polémica. El desenlace se vio afectado por un incidente en el noveno asalto que involucra a un problema técnico que la Comisión Atlética del estado de Nueva York investigó a fondo.
Según reportes de ESPN y otros medios, Davis se arrodilló en la lona durante el noveno asalto, una caída que el árbitro Steve Willis no sancionó. La Comisión afirma que: “Durante el asalto en cuestión, tras la solicitud de la comisión para el video de repetición, hubo un problema técnico que impidió a la comisión recibirlo dentro del tiempo asignado para la revisión. Por lo tanto, se confió en la decisión del árbitro en el ring y la pelea continuó”.
¿Qué pasó exactamente? Roach aparentemente conectó un jab en el ojo de Davis, provocando que éste se arrodillara. Davis atribuyó la caída a que le entró grasa en el ojo, consecuencia de su peinado previo a la pelea. Este detalle, aparentemente menor, tuvo un peso considerable en el resultado final.
De haberse revisado la repetición y sancionado la caída, Davis habría perdido un punto. Esto habría modificado las puntuaciones: dos jueces anotaron el asalto 10-9 a favor de Davis, mientras que Roach lo habría ganado 10-8 si se hubiera contabilizado la caída. La discrepancia se refleja en las tarjetas finales: un juez dio la victoria a Davis (115-113), mientras que los otros dos puntuaron la pelea como un empate (114-114). La posibilidad de una revancha entre ambos boxeadores, impulsada por Davis, quien expresó su interés en redes sociales, plantea un futuro incierto pero lleno de expectación.
La controversia resalta la importancia de la tecnología y la revisión de las repeticiones en el boxeo profesional, así como la complejidad de juzgar un deporte tan dinámico y sujeto a interpretaciones subjetivas. El incidente abre un debate sobre la necesidad de sistemas tecnológicos más robustos y confiables para evitar que errores de este tipo determinen el desenlace de combates de alto calibre.