Umeå IK: De la gloria europea a la lucha por la supervivencia

Pero la realidad actual es bien distinta a la gloria del bicampeonato europeo de hace dos décadas.
Ubicado a 400 kilómetros del Círculo Polar Ártico, en la tranquila ciudad de Umeå (130.000 habitantes), el club lucha por sobrevivir en la segunda división sueca. Con una asistencia promedio de apenas 400 espectadores y un cúmulo de deudas, el Umea IK se enfrenta a una transformación radical, alejada de sus años de esplendor.
El entrenador, Edvin Erfanian, resume la situación con cruda honestidad: “No quiero ser duro, pero no creo que sea posible volver a la cima del fútbol europeo. Pero no lo veo necesariamente como algo malo. El producto del fútbol femenino es mucho mejor que hace 20 años.” Esta frase refleja el cambio de paradigma en el deporte.
La comparación entre los cuartos de final de la Liga de Campeones de 2004-05 y los de la presente temporada ilustra a la perfección este cambio. Equipos como Bobruichanka Bobruisk o Energy Voronezh, presentes hace dos décadas, han sido reemplazados por gigantes como el Real Madrid, el Barcelona o el Chelsea. Solo el Arsenal persiste como un referente de aquella época.
Las cifras económicas son elocuentes. El Barcelona, campeón europeo actual, generó 17,9 millones de euros en ingresos durante 2023-24, según Deloitte. En contraste, el Umea IK apenas alcanzó los 800.000 dólares. Jörgen Crovin, director deportivo del club, admite que la plantilla se conforma con transferencias gratuitas y que solo tres jugadoras son profesionales a tiempo completo. Mientras tanto, el Chelsea acaba de firmar a Naomi Girma por un millón de dólares, la primera jugadora en alcanzar esa cifra.
El Umea IK se aferra a la esperanza. Su objetivo actual no es la Liga de Campeones, sino la consolidación en la primera división sueca, el desarrollo de una sólida cantera y una gestión financiera robusta. “Solo necesitamos encontrar nuestro propio camino,” afirma Erfanian. “No tenemos las finanzas, y de eso se trata al final… Para nosotros, lo que necesitamos hacer es poner nuestros recursos en la academia y crear un buen ambiente para las jóvenes en el norte de Suecia.”
El recuerdo de Marta, la estrella brasileña que llegó a Umeå en 2004, permanece vívido. Su impacto en el equipo fue trascendental, llevando al club a la gloria europea. Pero esa época dorada, con un Umea IK que se convertía en una “máquina de ganar”, según su excompañera Johanna Frisk, ya pertenece al pasado. Ahora, el club sueco se adapta a una nueva realidad, donde la hegemonía de los grandes clubes con recursos ilimitados es indiscutible.
El auge de equipos como el Paris Saint-Germain, el Bayern Múnich o el Real Madrid en el fútbol femenino demuestra la tendencia: la inversión millonaria y la infraestructura de los clubes masculinos de élite están transformando radicalmente la escena deportiva femenina. Un informe de Deloitte indica que los 15 clubes femeninos con mayores ingresos superaron los 100 millones de euros combinados en la temporada 2023-24, reflejando un crecimiento del 35%. Este crecimiento económico contrasta con la situación del Umea IK, que busca su propio camino en medio de un panorama cambiante.
Turbine Potsdam, otro club emblemático del fútbol femenino europeo, enfrenta una situación similar. Su lucha por la supervivencia como equipo independiente, lejos del apoyo de un club masculino poderoso, representa un desafío a la nueva realidad imperante en el deporte.